En un mundo donde las redes sociales están plagadas de mensajes sobre “cuerpos ideales” y “dietas milagrosas”, es fundamental cuestionar qué hay detrás de estas tendencias y priorizar el bienestar por sobre la apariencia.
El propósito de esta efeméride es desafiar aquella idea de que el valor de una persona depende de su peso, además de promover la aceptación corporal. Algo que al decirlo o leerlo suena obvio, pero lo cierto es que en el día a día tiene mucha carga para cada individuo.
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Sí hay algo que tenemos claro: el peso no nos define. No define ni quién soy, ni define de qué está compuesto ese peso. Sin embargo, lamentablemente, en la actualidad sigue existiendo la presión por cumplir con ciertos estándares estéticos, los cuales pueden derivar en problemas de salud física y mental.
La obsesión por las dietas restrictivas
La obsesión por las dietas restrictivas no solo puede ser ineficaz a largo plazo, sino que también puede desencadenar trastornos alimentarios, ansiedad y un impacto negativo en la autoestima.
En la mayoría de las plataformas y redes sociales encontramos influencers promoviendo planes alimenticios, productos quemadores de grasa y entrenamientos para transformar el cuerpo en tiempo récord. Sin embargo, es importante recordar que muchas de estas recomendaciones no están respaldadas por profesionales de la salud y pueden inclusive ser peligrosas.
La información nutricional debe provenir de fuentes confiables, como licenciados en nutrición y profesionales de la salud, en lugar de tendencias virales que carecen de fundamentos científicos. Seguir consejos sin este tipo de bases no solo puede ser ineficaz, sino también riesgoso para la salud.
Muchas dietas populares en redes sociales fomentan restricciones extremas, eliminan grupos enteros de alimentos o proponen soluciones rápidas que no consideran la individualidad de cada organismo. La nutrición es una ciencia compleja que debe adaptarse a cada persona según sus necesidades, su contexto y su estado de salud. Es fundamental que la educación nutricional sea accesible y basada en evidencia, para que cada persona pueda tomar decisiones informadas sobre su alimentación sin caer en engaños o extremos peligrosos.
La salud no se mide en kilos ni en talles
Eel bienestar es un concepto integral. Una vida saludable no se trata solo de lo que se come o de cuánto se pesa, sino de cómo nos sentimos, de la energía que tenemos para afrontar la rutina y del equilibrio entre la alimentación, la actividad física y el descanso. Aprender a escuchar nuestro cuerpo y darle lo que realmente necesita es clave para una relación sana con la comida y con nosotros mismos.
El Día Internacional Sin Dietas nos invita a adoptar una mirada más amable y menos dañina hacia nuestra alimentación y nuestro cuerpo. Esto implica no solo cuestionar la cultura de la dieta, sino también practicar la autocompasión y valorar nuestra salud desde una perspectiva integral. Con una escucha activa a las señales de hambre y saciedad, sin restricciones innecesarias ni culpa.
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En lugar de seguir reglas impuestas por modas pasajeras, es importante desarrollar una relación equilibrada con la comida, basada en el placer, la variedad y la nutrición. Hagamos el ejercicio de cuestionar los mensajes que recibimos sobre nuestro cuerpo y recordemos que la salud va mucho más allá de una cifra en la balanza.
(*) Macarena Isaurralde es docente funcional de la Licenciatura en Nutrición de UADE.