El mundo del fitness está experimentando una transformación radical con la llegada de una técnica japonesa que desafía la creencia común de que el ejercicio efectivo debe ser intenso y agotador. La clave está en mantener un ritmo lo suficientemente suave como para poder conversar e incluso sonreír mientras se realiza el ejercicio.
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Con su enfoque sereno pero efectivo, este método ofrece una ruta hacia el bienestar integral en la etapa de los 50 años y combina actividad física con cuidado personal y conexión con uno mismo y con el entorno.
Cuál es el método japonés que ayuda a bajar de peso
Se trata del slow jogging, que con su llegada el mundo del fitness está provocando una transformación radical. Esta técnica desarrollado por el profesor Hiroaki Tanaka de la Universidad de Fukuoka, está revolucionando la forma en que entendemos el ejercicio cardiovascular. El principio fundamental del slow jogging se resume en una palabra japonesa, “niko niko”, que significa “con una sonrisa”. La clave está en mantener un ritmo lo suficientemente suave como para poder conversar e incluso sonreír mientras se realiza el ejercicio.
La clave consiste en trabajar para forjar una salud integral, es decir, que armonice las dimensiones física, psíquica y emocional que tienen las personas. Practicada con periodicidad, esta técnica devuelve el bienestar cardiaco, ayudando a enfrentar las dificultades diarias de una manera mucho más tranquila. En lugar de perseguir velocidades vertiginosas, el slow jogging aboga por mantener un ritmo suave y constante, permitiendo que cuerpo y mente se sincronicen en armonía. Sus beneficios son muchos y abarcan tanto el ámbito físico como el emocional y mental. Este método consiste en dar pequeños pasos a una cadencia de aproximadamente 180 pasos por minuto, apoyando la parte media del pie para aprovechar la amortiguación natural del arco plantar.
Estudios indican que el slow jogging genera un mayor gasto energético que caminar rápido, activando la lipasa, una enzima que descompone las reservas de grasa almacenada para convertirlas en energía. Esta estrategia promueve una pérdida de peso saludable y sostenible a lo largo del tiempo, así como una reducción notable del perímetro abdominal. Al principio, los japoneses se mostraban escépticos ante la incipiente y novedosa idea de esta disciplina, pero cuando la Sociedad Americana de Medicina Deportiva la reconoció como una forma extremadamente eficaz de combatir las enfermedades relacionadas con el estilo de vida, este ejercicio se volvió muy popular.
Los especialistas indicaron cuáles son los mejores beneficios para realizar Slow Jogging:
- Mejora la resistencia: al correr a un ritmo lento, el cuerpo tiene más tiempo para desarrollar resistencia muscular y fortalecer el corazón y los pulmones.
- Mejora la salud cardiovascular: el slow jogging mantiene la frecuencia cardíaca en un rango del 70% de la máxima teórica, lo que permite que el cuerpo utilice las reservas grasas acumuladas como fuente de energía.
- Reduce el riesgo de enfermedades: este método puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades infecciosas respiratorias en un 50%.
- Disminuye la inflamación: puede disminuir también el estrés oxidativo.
- Ideal para personas con problemas articulares: el slow jogging es un ejercicio cardiovascular de bajo impacto, ideal para quienes tienen problemas de huesos, músculos o articulaciones.
- Es antienvejecimiento: esta técnica puede ayudar a reducir los efectos del envejecimiento y a aumentar la esperanza de vida.
- Contribuye al bienestar emocional: el slow jogging promueve la liberación de endorfinas, aliviando el estrés, la ansiedad y la depresión.
- Forma de disfrutar la carrera: el slow jogging permite disfrutar de la carrera por lo que es, sin preocuparse por alcanzar ciertos ritmos.
- Previene lesiones: cuando corres a un ritmo pausado y cómodo, tenés muchas menos probabilidades de lesionarte. Esto se debe a que trabajas con cuidado tus articulaciones, músculos y tejidos conectivos, al mismo tiempo que fortaleces los músculos de la parte inferior del cuerpo.
- Transformar la salud mental: tomarás más aire fresco y usarás el running para mejorar tu pensamiento y la resolución creativa de problemas.
Cómo empezar a practicar slow jogging
El profesor Tanaka recomienda comenzar a hacer este ejercicio con sesiones de 10 minutos tres veces al día para quienes tienen poco tiempo, aunque el objetivo ideal es realizar 30-60 minutos diarios. Lo más revolucionario es que la práctica no requiere técnica especial ni preparación previa, haciendo este ejercicio accesible para personas de cualquier edad o condición.
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Las personas que están en buena forma y practican deporte a diario pueden alcanzar velocidades de hasta 12 km/h al trotar lento. Las corredoras de nivel intermedio encontrarán su «niko niko» en el rango de 7-8 km/h. Por otro lado, aquellas que comienzan su aventura con la actividad física pueden trotar fácilmente a una velocidad de 4-5 km/h.