La avena es un cereal conocido por sus múltiples beneficios para la salud y su versatilidad en la alimentación diaria. Con una rica composición nutricional, la avena se destaca por ser una fuente de fibra, proteínas y minerales esenciales. Sin embargo, es muy común preguntarse cómo comer avena o qué tipos de avena existen para aprovechar al máximo sus propiedades.
Este cereal se utiliza frecuentemente en dietas saludables debido a sus efectos positivos en la salud cardiovascular, la digestión y el control de peso. Su combinación de nutrientes lo convierte en un excelente aliado para diversas metas alimenticias, tales como la pérdida de peso o la mejora de la salud intestinal. Y la nutricionista Boticaria García explica cuál es la mejor forma de consumir avena.
Avena cruda o avena cocida: cuál es la mejor opción
Existen diversas opiniones sobre la forma de consumir la avena. Uno de los mitos más extendidos es que consumir avena cruda proporciona mayores beneficios al organismo. Expertos en nutrición, como en este caso la nutricionista Boticaria García, explican que la avena cruda contiene ácido fítico, un anti nutriente que puede interferir con la absorción de minerales importantes como el hierro y el zinc.
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El ácido fítico, aunque tiene propiedades antioxidantes, puede “secuestrar” estos minerales, dificultando su absorción en el tracto digestivo. Sin embargo, los copos de avena comerciales ya pasaron por un proceso térmico durante su fabricación, lo que reduce significativamente el contenido de ácido fítico, haciendo que no sea perjudicial consumirlos sin cocinarlos.
Aun así, si se prefiere, está la opción de remojar la avena durante 10 a 12 horas, lo que también ayuda a reducir la presencia de este anti nutriente. La decisión de comer avena cocida, remojada o cruda depende de las preferencias personales, ya que en todos los casos el cereal conserva sus beneficios nutricionales.
Beneficios nutricionales de la avena
La avena es un cereal completo que proporciona una serie de beneficios para la salud, entre los que se incluyen:
- Control del colesterol: la avena contiene betaglucanos, una fibra soluble que ayuda a reducir el colesterol LDL, conocido como “colesterol malo”, lo que mejora la salud cardiovascular.
- Regulación del azúcar en sangre: su bajo índice glucémico permite un control más estable de los niveles de azúcar en sangre, siendo especialmente útil para personas con diabetes o para quienes buscan mantener niveles de energía constantes a lo largo del día.
- Mejora de la digestión: la avena es rica en fibra, lo que favorece la salud digestiva, previene el estreñimiento y promueve una flora intestinal saludable.
- Energía prolongada: gracias a su contenido de carbohidratos complejos y proteínas, la avena es ideal para proporcionar energía sostenida, siendo una excelente opción tanto en el desayuno como en otros momentos del día.
Formas de incorporar la avena en la dieta diaria
Existen diversas formas de incorporar la avena en la dieta, lo que permite disfrutar de sus beneficios sin que se vuelva monótona. Algunas de las formas más comunes de consumo incluyen:
- Desayuno: se puede mezclar avena con leche, yogur o agua y añadir frutas frescas o frutos secos para un desayuno equilibrado y energético.
- Batidos: la avena puede integrarse fácilmente en smoothies, combinándose con frutas, leche vegetal o incluso proteínas en polvo para una bebida completa y nutritiva.
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- Porridge: cocinar la avena en agua o leche y añadir toppings como miel, nueces o frutas secas crea una opción reconfortante y nutritiva para el desayuno o la merienda.
- Repostería saludable: se puede utilizar la avena en la preparación de galletas, muffins o barras energéticas caseras, aportando un toque nutritivo a los productos horneados.
- Recetas saladas: la avena también es útil en recetas saladas, como en la preparación de hamburguesas vegetales o como acompañamiento en sopas y guisos.