La dependencia del celular puede interferir con los ritmos circadianos naturales, alterando la producción de melatonina y afectando negativamente el sueño. Establecer límites y crear un entorno propicio para el descanso puede marcar una gran diferencia en la calidad del sueño y la salud mental.
Leé también: Qué es y cómo solucionar el vamping, un hábito que puede condicionar el buen dormir
La era digital ha traído numerosos beneficios, pero también desafíos, especialmente cuando se trata de nuestra salud mental y calidad de sueño. Uno de los mayores culpables de estas alteraciones es el no poder dejar el celular ni un segundo.
El impacto del celular en el sueño
El uso prolongado del celular antes de dormir puede provocar una serie de problemas de salud. La exposición a la luz azul emitida por las pantallas de los dispositivos móviles inhibe la producción de melatonina, una hormona que regula el ciclo del sueño. Según un estudio de la Universidad de Harvard, esta luz puede retrasar el inicio del sueño y reducir la calidad del mismo.
Además, el contenido estimulante de las redes sociales y otros medios digitales puede mantener la mente activa, dificultando la relajación necesaria para conciliar el sueño. La Asociación Americana de Psicología destaca que el uso del celular antes de dormir está relacionado con niveles más altos de estrés y ansiedad, lo que a su vez puede afectar negativamente el descanso.
Establecer una rutina nocturna sin tecnología
Para mejorar la calidad del sueño, es fundamental establecer una rutina nocturna que excluya el uso de dispositivos móviles. Comenzar a desconectarlos al menos una hora antes de acostarse puede ayudar a preparar el cuerpo y la mente para el descanso. Se recomienda crear un ambiente relajante en el dormitorio, libre de distracciones tecnológicas.
Leé también: Qué es el síndrome del cerebro de pochoclo y cómo se lo puede superar
Incorporar actividades relajantes, como la lectura de un libro físico, la práctica de la meditación o el uso de técnicas de respiración profunda, puede ser beneficioso. Además, es útil mantener una iluminación tenue en el dormitorio para favorecer la producción de melatonina y facilitar el proceso de conciliación del sueño.
Tres estrategias para reducir el uso del celular
- Crear una zona libre de dispositivos. Es una de las estrategias más efectivas para reducir el uso del celular antes de dormir. Esta área debe estar destinada exclusivamente al descanso y la relajación. Al mantener el celular fuera del alcance, se disminuye la tentación de revisarlo constantemente.
- Utilizar alarmas tradicionales. Muchas personas utilizan el celular como despertador, lo que facilita el acceso a las redes sociales y otras aplicaciones justo antes de dormir. Optar por un despertador tradicional puede ayudar a evitar esta tentación. Según la Clínica Mayo, utilizar un despertador convencional puede contribuir a una rutina de sueño más regular y sin interrupciones. Además, ajustar la configuración del celular para que no emita notificaciones durante la noche puede prevenir interrupciones innecesarias y mejorar la calidad del descanso. Esta práctica, conocida como “no molestar”, es recomendada por expertos en salud del sueño.
- Fijar horarios regulares. Mantener horarios de sueño consistentes, acostándose y levantándose a la misma hora todos los días, es esencial para regular el ciclo del sueño. Esta regularidad ayuda a sincronizar los ritmos circadianos, lo que facilita la conciliación del sueño y mejora su calidad.
También se puede:
- Evitar estimulantes antes de dormir. El consumo de estimulantes, como la cafeína y la nicotina, puede interferir con la capacidad de conciliar el sueño. Se recomienda evitar estos productos al menos cuatro horas antes de acostarse. Además, es importante limitar la ingesta de alcohol, ya que, aunque pueda inducir el sueño inicialmente, puede interrumpir los ciclos de sueño más tarde en la noche.
- Ajustar la temperatura del dormitorio. La temperatura del dormitorio juega un papel crucial en la calidad del sueño. Mantener una temperatura fresca y agradable puede facilitar la conciliación del sueño y prevenir despertares nocturnos. La Sociedad Americana de Medicina del Sueño sugiere que la temperatura ideal del dormitorio es entre 15 y 19 grados.
- Optimizar la comodidad. Invertir en un colchón y almohadas de calidad que proporcionen el soporte adecuado es fundamental para un buen descanso. Además, utilizar ropa de cama cómoda y suave puede mejorar la experiencia de sueño. Según la Academia Americana de Medicina del Sueño, un entorno cómodo y acogedor puede reducir la cantidad de despertares nocturnos y mejorar la eficiencia del sueño.