La cantante Sinead O’Connor murió a la edad de 56 años después de haber sufrido experiencias dramáticas. Estuvo casada cuatro veces, vivió en la pobreza y no superó la muerte de su hijo adolescente.
Había sido diagnosticada con una depresión severa con la que convivió desde chica. Tuvo varios intentos de suicidio que marcaron su carácter. Comprometida y con convicciones firmes, por un lado, pero frágil y desequilibrada por otro.
Fue una cantante magnífica, una artista total, pero con un alma quebrada. Su amargura llegó a su cénit cuando le retiraron la custodia de sus hijos y cuando uno de ellos, Shane Lunny, se suicidó a los 17 años. Era con el que guardaba una relación más especial.
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El golpe volvió a romperla. Y su angustia se manifestaba en el mensaje que hizo público tras la muerte de su hijo. “Ha decidido poner fin a su lucha terrenal”, escribió para confirmar que se trataba de un suicidio.
Cuando la depresión resiste los tratamientos
En Medicina, se habla de depresión resistente al tratamiento cuando dos tipos diferentes de antidepresivos, suministrados en la dosis necesaria por un periodo de entre cuatro y seis semanas, no llevaron a ninguna mejoría.
“Es muy importante dejar en claro que ‘resistente al tratamiento’ no significa que no se puede tratar, sino que la enfermedad es obstinada”, dice el profesor Mazda Adli, que dirige la sección de Investigación de Trastornos Afectivos en el Hospital Charité de Berlín, Alemania. Y eso es algo que sucede con frecuencia. Aproximadamente un tercio de los pacientes con depresión no responde a dos tratamientos con medicamentos en un primer momento.
“Los pacientes, sus familiares y también los médicos necesitan perseverancia y mucha paciencia”. Y aclara que hay muchas posibilidades de ayudar a las personas con depresión aun cuando la primera medicación y quizá el primer intento psicoterapéutico no hayan funcionado.
Existe un plan escalonado contra la depresión
En el caso de que una depresión no mejore con los métodos de tratamiento probados, se continúa trabajando con un plan escalonado, claramente regulado y más allá, hasta que mejore.
Existen directrices que establecen qué posibilidades hay para el tratamiento medicinal y terapéutico de depresiones. Entre ellas, figuran, por ejemplo, la terapia electroconvulsiva (TEC) o la estimulación magnética transcraneal (EMT).
- En el caso de la TEC, se inducen convulsiones con un breve estímulo eléctrico al cerebro.
- En el de la EMT, en cambio, se estimulan células nerviosas en el cerebro con campos magnéticos.
Ambos métodos de estimulación cerebral están comprobados. Sin embargo, en el caso de la EMT hay menos evidencia, es decir, menos conocimiento científico, de que pueda ayudar en una depresión resistente al tratamiento. Por eso en algunos países, por el momento, los seguros médicos solo cubren la TEC.
Ketamina como tratamiento de emergencia contra la depresión
Andrea Jungaberle es médica de urgencias y anestesista e investiga el tema de la ampliación de la consciencia, también en el tratamiento de las depresiones. Subraya que es importante no dejar al paciente solo con la clasificación “resistente al tratamiento” y seguir buscando juntos posibilidades de tratamiento.
Muchos profesionales, entre ellos Jungaberle, ven nuevas esperanzas para el tratamiento de la depresión en sustancias hasta ahora más bien conocidas como drogas.
Entre ellas figura, por ejemplo, la esketamina. Es una forma de la ketamina, que se utiliza desde hace tiempo como narcótico y ahora es conocida como droga que se consume en fiestas bajo el nombre “Special K”. En algunos países, existe un espray nasal con esketamina para el tratamiento de emergencia a corto plazo de depresiones graves y el tratamiento de depresiones resistentes.
No hay que experimentar con drogas por uno mismo
El profesor Gerhard Gründer, del Instituto Central de Salud Mental de Mannheim (ZI), en Alemania, dirige un estudio, en el que se investiga el efecto antidepresivo de la psilocibina.
Se trata de un principio activo de los hongos alucinógenos. En el ZI y en el Charité de Berlín 144 pacientes con depresiones resistentes al tratamiento recibieron esta sustancia bajo supervisión. Los psicoterapeutas prepararon a los sujetos de pruebas para la experiencia y a continuación procesaron lo experimentado en sesiones.
Gründer subraya que no se puede comparar un tratamiento de este tipo con un experimento individual con drogas. “En los Países Bajos, son legales las trufas que contienen psilocibina, y allí se las puede comprar en las tiendas. Pero consumir esta sustancia una vez no es de ninguna manera un tratamiento”.
También Adli destaca que es importante no ingerir estas sustancias sin supervisión médica, dado que pueden llevar a una experiencia alienante: “Algunas personas viven experiencias disociativas. Algunas sienten, tras ingerir estas sustancias, que flotan en el espacio, que se modifican los colores o que se intensifican los sonidos. A algunas esto no les parece desagradable, pero a otras sí y hay otras que no sienten nada de todo esto”.
Gründer explica que en los estudios clínicos de métodos alternativos se trata en primer lugar simplemente de conseguir una posible autorización del medicamento. Solo después de eso se verá si los seguros médicos asumen los costos de un tratamiento.
Todos insisten en que en toda depresión resistente al tratamiento está indicada también la psicoterapia. Más allá de eso, el ejercicio físico, un ritmo circadiano equilibrado y el aprender comportamientos cuidadosos para con uno mismo ayudan en el tratamiento.