A la hora de guardar el jamón cocido en la heladera, uno de los grandes problemas que enfrentamos es que se forme esa baba indeseable que impida consumirlo. Sin embargo, hay un truco sencillo para mantenerlo fresco durante más tiempo.
El jamón cocido es uno de los fiambres más populares porque además de su exquisito sabor se distingue por una versatilidad única. Es que puede estar presente tanto en desayunos y meriendas como en almuerzos y cenas. Es ideal para sándwiches, pero también se adapta para ser parte de platos agridulces o ser el principal ingrediente de empanadas o pizzas.
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Para que podamos disfrutarlo en su mejor condición luego de llevarlo a la heladera, es primordial conocer un secreto que ayudará a una conservación perfecta. Lograr un jamón cocido sin baba es posible siguiendo estos consejos.
Con el paso de los días en la heladera, es común que además de la formación de esta especie de baba, sintamos un olor agrio y notemos que cambió de color. Consumirlo así, además de ser desagradable, nos expone a sufrir problemas de salud.
El truco para mantener fresco el jamón cocido
Para guardarlo correctamente en la heladera solo necesitaremos un recipiente hermético y papel absorbente. Puede ser un tupper o un envase de vidrio, siempre que tengan una tapa que impida el ingreso de aire durante el período de almacenamiento.
En el piso del recipiente vamos a colocar dos hojas de papel de cocina. Encima de ellas empezaremos a poner las fetas de jamón, pero no una encima de la otra, sino separadas con un papel en el medio.
Seguidamente, pondremos otras dos hojas de papel de cocina encima de la última feta y luego cerraremos con su tapa al recipiente elegido. Ahora sí, podemos llevarlo a la heladera sin temores.

El último detalle a tener en cuenta es la elección del sitio más adecuado en la heladera: no debemos ponerlo en la puerta, dado que es el lugar donde la temperatura tiene más variaciones a raíz de las aperturas que se realizan. Uno de los canastos que suelen tener en la parte inferior puede ser la mejor decisión.
Otro consejo importante a tener en cuenta es tratar de comprar la cantidad justa de jamón cocido que necesitamos para consumir en el momento. Eso evitará un almacenamiento prolongado en la heladera.
Aunque muchos suponen que la baba no tiene ningún peligro y comen igual el jamón haciendo un corte de las partes que están más feas. Sin embargo, los médicos advierten que esto encierra riesgos para la salud y aconsejan no consumirlo aunque el olor no sea fuerte y no haya sufrido cambios de coloración.

Es que la presencia de esta baba indica que el embutido comenzó su proceso de degradación y no es sano comerlo. Las bacterias, además de afectar el sabor y la apariencia del jamón, pueden desencadenar intoxicaciones estomacales. Los más vulnerables a este tipo de indisposiciones son los niños, las embarazadas y las personas con defensas bajas.
La baba se forma en el jamón cocido cuando las bacterias aprovechan las condiciones húmedas para multiplicarse, alimentándose de los carbohidratos. El papel absorberá esta humedad y cortará el proceso de degradación.
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Como el jamón ya está en descomposición cuando aparece la baba, los expertos aseguran que consumirlo así representa un peligro para la salud. Por eso afirman que lo mejor es desechar el producto apenas notemos la presencia de esta desagradable capa viscosa.
Aunque muchos apelan al recurso de lavar una por unas las fetas de jamón cocido para eliminar la baba que se formó, esto no asegura que podamos comerlo sin preocupaciones. El procedimiento mejorará la apariencia externa, pero las bacterias seguirán estando en su interior.