El pan brioche, ideal para acompañar desayunos o meriendas, es más fácil de hacer de lo que muchos imaginan. Aunque la receta es sencilla hay ciertos trucos y cuidados que se deben seguir para lograr el pan brioche perfecto.
Uno de los secretos fundamentales para hacer un buen brioche es la paciencia en la preparación. La receta lleva pocos ingredientes: harina, azúcar, levadura, huevos, manteca y leche. Pero la clave está en el proceso de amasado y en la incorporación de la manteca, que debe ser trabajada con cuidado. La manteca se debe añadir de forma gradual, cuando la masa ya tenga forma. Este paso es esencial para conseguir la textura tan característica del brioche.
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Otra cosa a tener en cuenta es la fermentación. Lo cierto es que el brioche necesita una fermentación más larga para desarrollar su sabor y conseguir la esponjosidad ideal. Lo recomendable es dejar que la masa repose al menos una hora en un lugar cálido y luego otra hora una vez que ya estén en el molde. Esta doble fermentación es la que permite que el brioche adquiera esa ligera consistencia que lo hace único.
También hay que prestar atención al amasado. Este pan requiere de un amasado lo suficientemente largo para que el gluten se desarrolle correctamente. La textura final de la masa debe ser pegajosa al principio, pero no demasiado. Y manejable y suave una vez que haya reposado. El amasado a mano puede llevar más tiempo, pero el resultado bien vale la pena.
Un buen brioche debe cocinarse a la temperatura adecuada. Un horno demasiado caliente puede hacer que la corteza se dore rápidamente sin permitir que el interior se cocine bien. Se recomienda cocinar a unos 180°C, controlando que se dore uniformemente. Para conseguir un acabado brillante se puede pincelar la masa con un poco de huevo batido. Este último paso es antes de llevar al horno.
Receta de pan brioche
Ingredientes:
- 500 g de harina de trigo
- 10 g de sal
- 80 g de azúcar
- 25 g de levadura fresca
- 5 huevos
- 200 ml de leche tibia
- 250 g de manteca a temperatura ambiente
- 1 huevo (para pintar)
Preparación:
- En un bol pequeño, disolver la levadura fresca en la leche tibia con una cucharadita de azúcar. Dejar reposar durante unos 10 minutos.
- En un bol grande, colocar la harina, la sal y el azúcar. Hacer un hueco en el centro y poner la mezcla de levadura.
- Agregar los huevos uno a uno, batiendo bien entre cada incorporación. Mezclar.
- Agregar la manteca en trozos, poco a poco. Ir amasando. Amasar durante unos 10-15 minutos hasta obtener una masa suave, elástica y ligeramente pegajosa.
- Cubrir la masa con un paño limpio y dejar reposar en un lugar cálido durante 1-2 horas, hasta que duplique su tamaño.
- Amasar brevemente para sacar el aire y dividir la masa en pequeñas porciones o formar un solo pan. Colocar la masa en un molde para pan enmantecado.
- Dejar reposar nuevamente la masa en el molde durante 30-45 minutos para que crezca.
- Precalentar el horno a 180°C. Pincelar la superficie de la masa con el huevo batido para darle un acabado brillante. Cocinar durante 25-30 minutos o hasta que el pan esté dorado.