Pese a la fatiga, luego de días de trabajo exigente, es común que las personas pasen unos minutos ante pantallas o en actividades que retrasan su hora de sueño. Se trata de un fenómeno definido como “bed procrastination”.
De acuerdo con distintos especialistas, el “bed procrastination” se intensifica luego de jornadas de trabajo exigente y tiene consecuencias. Alertan sobre el impacto a largo plazo, por la falta de descanso.
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La “procrastinación por venganza”: un grito de libertad
Este comportamiento surge como una respuesta ante la rutina laboral. De acuerdo con distintos especialistas, se radicaliza en las personas que sienten que no tuvieron espacios de distracción durante el día. Al llegar la noche, buscan recuperar ese tiempo perdido.
Sin embargo, esto significa sacrificar horas de sueño. La “procrastinación por venganza”, como también es traducid la “bed procrastination”, se genera como una respuesta a la cultura laboral actual.
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Es una medida “rebelde” contra la falta de tiempo libre durante el día. Al tomar momentos de la noche para la distracción, se produce sensación de libertad. Aunque esta se sostiene durante unos momentos, a largo plazo tiene un impacto negativo.
Cuando se retrasa el sueño, el descanso es menor. Por tanto, la capacidad de respuesta física y mental en las actividades cotidianas se ve afectada.
Es un círculo que se resumen así: cuanto peor se sienten las personas durante el día, más es la necesidad de compensar o drenar esa sensación durante la noche. Las horas de sueño se reducen.
Las consecuencias emocionales y psicológicas de la falta de descanso
El impacto de acostarse tarde no se limita al cansancio físico. Según un estudio de la Universidad de Málaga, también influye sobre el bienestar emocional y limita la capacidad de respuesta emocional.
De acuerdo con la investigación del profesor Juan Manuel Antúnez, las personas que duermen más tarde de lo normal, tienden a presentar:
- Trastornos del estado de ánimo.
- Alteraciones del sueño.
En oposición, las que conservan horarios de descanso regulares, tienen:
- Mayores niveles de optimismo.
- Resiliencia.
Aunque la “procrastinación del sueño” parece una solución temporal para recuperar tiempo personal, incluso un acto de rebeldía, sus consecuencias a largo plazo pueden afectar a la salud. Si no se puede regular el sueño de forma particular, se sugiere visitar a un especialista médico para que estudie el caso.