Las verduras asadas se convirtieron en un clásico en muchas cocinas: son fáciles, versátiles y aportan sabor, color y textura a cualquier comida. Pero, aunque parecen simples, lograr ese equilibrio perfecto entre bordes dorados, interior tierno y sabor concentrado requiere técnica.
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Para saber cómo hacerlas mejor, distintos chefs compartieron recomendaciones prácticas basadas en su experiencia profesional. Coinciden en un punto clave: pequeños ajustes pueden cambiar el resultado por completo.
Subí la temperatura del horno
El primer consejo fue unánime: el calor.
Según el chef Steve MacLean, “el calor intenso es esencial porque permite que las verduras se caramelicen en lugar de cocerse al vapor”.
MacLean asegura que 220°C es ideal para la mayoría de las verduras, ya que esa temperatura favorece la evaporación rápida de la humedad y la reacción de Maillard, responsable del dorado.

El chef Andrew Hunter agrega que incluso las verduras más delicadas pueden asarse bien a esa temperatura si se preparan correctamente. Sobre los champiñones, detalla: “Quitales el tallo, ponelos con las láminas hacia arriba y rocialos con aceite para que sus líquidos ricos en umami se reabsorban antes de servirlos”.
No sobrecargues la bandeja
Un error frecuente es colocar demasiadas verduras juntas. El chef Thomas Odermatt aconseja aplicar la llamada “regla del meñique”: dejar un pequeño espacio entre cada pieza. “Si las verduras están demasiado juntas, retienen el vapor y quedan blandas en lugar de doradas y crujientes”, explica.
También recomienda precalentar la bandeja antes de colocar los vegetales, especialmente cuando se busca un dorado rápido.
Según la chef Ann Ziata, “la reacción de Maillard no puede producirse en ambientes húmedos. El espacio y la circulación de aire son esenciales”.
Usá la cantidad justa de aceite
El aceite ayuda a dorar, pero no hace falta exagerar. Ziata advierte: “No debería haber charcos de aceite en la bandeja. Es un desperdicio y puede quemarse”.

Lo ideal es mezclar las verduras con una pequeña cantidad de aceite en un bowl antes de pasarlas al horno para lograr cobertura uniforme.
Sumá condimentos, pero en el momento correcto
Las especias pueden transformar el resultado, pero el orden importa. Ziata recomienda: “Añadí hierbas y especias secas antes de hornear y las frescas —como perejil o ralladura de limón—, al final”.
De esta manera, las secas liberan aroma con el calor y las frescas mantienen color y sabor vibrante.
Elegí productos de temporada
Para el chef MacLean, la calidad original marca diferencia: “Las verduras recién cosechadas ya tienen un sabor profundo. Al asarlas, solo potenciamos lo que la naturaleza hace bien”.
Comprar en temporada mejora sabor y textura y, además, permite ahorrar.
Servilas recién salidas del horno
El consenso final: el mejor momento para comerlas es ni bien salen del horno.
Los chefs coinciden en que, al enfriarse, el vapor atrapado ablanda los bordes y los sabores pierden intensidad.



