El aceite de oliva es un producto de alto valor y la tentación de maximizar los beneficios a expensas de la calidad y la autenticidad del producto es alta. Cuando los consumidores no están familiarizados con las diferencias entre los distintos tipos de aceite de oliva, las prácticas fraudulentas se vuelven más frecuentes.
Existen, en líneas generales, tres grandes categorías de aceite de oliva: virgen, virgen extra y aceite de oliva a secas. “Lo ideal es comprar siempre aceite de oliva virgen o virgen extra, pues el que se nos vende como aceite de oliva es una mezcla entre aceite de oliva virgen y otros aceites refinados”, explica la dietista-nutricionista de España, Paloma Quintana. “Pese a que los aceites refinados no son malos en sí mismos, es cierto que el refinamiento hace que se mermen los antioxidantes y el aceite pierda sus propiedades”, continúa la experta.
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“Se ha señalado que el consumo regular de aceite de oliva, sobre todo cuando es aceite de oliva virgen extra, aumenta la longevidad al reducir tanto la mortalidad global como la incidencia de enfermedad cardiovascular, diabetes, enfermedades neurodegenerativas y algunos tipos de cáncer”, señala Ramón Estruch, consultor senior del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínico de Barcelona y jefe de grupo del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn).
“Una vez que los consumidores conozcan las distinciones entre los aceites de oliva virgen extra, virgen y refinado, así como los procesos y sabores involucrados, la tasa de fraude disminuirá. Los consumidores educados podrán tomar decisiones informadas y evitar los productos de menor calidad”, expresa Fernando do Rosario, presidente del grupo de trabajo del Copa-Cogeca sobre el aceite de oliva y productores de aceitunas de España.
Consejos para un consumo inteligente
Pablo Ojeda, nutricionista español, subraya la importancia de reservar el aceite de oliva virgen extra para aplicaciones más crudas, como en ensaladas y platos donde su sabor y beneficios nutricionales puedan brillar. “Dejar el aceite de oliva virgen extra para cosas un poquito más crudas”, es su consejo, lo que no solo permite disfrutar de su sabor característico, sino que también maximiza sus propiedades saludables.
Este enfoque no solo ayuda a los consumidores a reducir sus gastos en aceite de oliva, sino que también promueve una mayor conciencia sobre los diferentes tipos de aceites disponibles en el mercado. Al entender las cualidades de cada aceite, los consumidores pueden elegir el más adecuado para cada ocasión, optimizando así su presupuesto y mejorando su alimentación.
El aceite de oliva es uno de los pilares de la dieta mediterránea, considerada un modelo dietético completo y equilibrado con beneficios comprobados para la salud y considerada patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO.