Tanto los ingredientes congelados como las comidas freezadas ahorran tiempo y son perfectos para infinidad de ocasiones, pero hay que tener en cuenta una serie de aspectos, como el descongelado o el preparado, para aprovechar al máximo las propiedades nutricionales.
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), es posible cocinar ciertos alimentos congelados siempre que se sigan las indicaciones adecuadas. “No todo vale al cocinar alimentos congelados, ya que algunos necesitan ser manipulados con precaución”, señala el organismo.
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Verduras, hamburguesas y productos de pastelería son ejemplos de alimentos que pueden cocinarse congelados, siempre y cuando se respeten las indicaciones del envase. Sin embargo, no todos los alimentos son aptos para este método de cocción, y es importante prestar atención a ciertos detalles para evitar sorpresas desagradables.
Qué tener en cuenta al cocinar alimentos congelados
Una de las primeras consideraciones es que los alimentos congelados tardan más en cocinarse que los frescos. Además, la manipulación debe ser similar a la de los productos crudos, ya que ambos pueden contener bacterias que, si no se cocinan completamente, pueden generar problemas de salud.
“Los alimentos congelados, especialmente carnes y aves, pueden contener bacterias peligrosas si no se cocinan a las temperaturas adecuadas”, advierte la Dra. Emily Sickbert-Bennett, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Carolina del Norte. Por ello, es crucial asegurarse de que la cocción sea completa, sobre todo en el caso de productos como el pollo o la carne picada.
Cocinar carnes y aves congeladas: ¿Qué precauciones tomar?
La carne de pollo, por ejemplo, puede cocinarse desde congelada, pero lo recomendable es dejar que se descongele un poco en la heladera antes de cocinarla. Los expertos en seguridad alimentaria de la Universidad de Georgia recomiendan que, para evitar la proliferación de bacterias, “se cocine el pollo congelado al doble de tiempo, a una temperatura inferior a la habitual, o se prefiera descongelarlo en la heladera previamente”. Cocinar aves enteras o piezas grandes congeladas no es recomendable, ya que el interior puede no alcanzar la temperatura adecuada para eliminar bacterias como Salmonella.
En cuanto a la carne picada, el Instituto Americano de Investigación Culinaria sugiere cocinarla a fuego lento al principio, deshaciéndola a medida que se calienta, para luego subir la temperatura y asegurar una cocción uniforme.
Pescados y mariscos: cocción directa desde el congelador
El pescado es otro de los alimentos que puede cocinarse congelado. Según la Academia de Nutrición y Dietética, asarlo a la parrilla, al vapor o saltearlo son métodos válidos, pero recomiendan enjuagarlo antes con agua fría para eliminar la escarcha y secarlo bien con papel de cocina para evitar una cocción desigual. “Esto permite que el pescado se cocine uniformemente y evita zonas crudas”, afirma la nutricionista Nancy Clark.
Verduras y sopa congelada: fáciles y saludables
Si hay un grupo de alimentos que tolera bien la cocción congelada, es el de las verduras. Según la AESAN, las verduras congeladas pueden hervirse o saltearse directamente, lo que preserva sus nutrientes y permite preparar comidas rápidas y saludables. Sin embargo, la doctora Stacy Jones, dietista especializada en nutrición vegetal, aconseja evitar cocinarlas en el horno o al vapor, ya que “pueden perder textura y sabor si se cocinan de esta forma”.
Las sopas congeladas también son excelentes aliadas en la cocina, ya que se pueden hervir directamente sin descongelar, simplemente colocando la cantidad deseada en una cacerola a fuego medio.
En resumen, cocinar alimentos congelados es una opción viable, siempre que se sigan las indicaciones adecuadas para garantizar la seguridad alimentaria. Como señala Sickbert-Bennett, “manipular los alimentos congelados de manera adecuada es clave para evitar enfermedades transmitidas por los alimentos”. Desde verduras hasta carnes y pescados, cocinar directamente del congelador puede ser una solución rápida y segura, pero requiere cuidado en el tiempo y la temperatura de cocción.