El 2020 fue el año de la salud para mucha gente. En el caso de la actriz australiana Rebel Wilson también, pero por razones totalmente ajenas a la pandemia. La artista decidió llevar a cabo un cambio de vida radical para poner fin a su sobrepeso, el rasgo físico por el que más la identificaba el público.
“De acuerdo, para mí 2020 se llamará ‘El año de la salud’, así que me puse la ropa deportiva y salí a caminar, hidratándome deliberadamente en el sofá en este momento y tratando de evitar el azúcar y la comida chatarra que será duro después de las vacaciones que acabo de tener, ¡pero lo voy a hacer! ¿Quién está conmigo para hacer algunos cambios positivos este año?”, escribió la famosa en su perfil de Instagram el 2 de enero del 2020.
En 2020, la actriz cumplía 40 años y quería empezar a cuidarse porque el peso que tenía ponía en riesgo su salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren alrededor de 2,8 millones de personas por obesidad o sobrepeso.
Estas enfermedades se caracterizan por la acumulación anormal o excesiva de grasa en el organismo que pueden derivar en diferentes afecciones potencialmente nocivas. Son el paso inicial para contraer patologías como la hipertensión arterial, diabetes tipo dos, colesterol y triglicéridos elevados, problemas osteoarticulares, más riesgo de padecer cáncer, apnea del sueño o problemas cardiovasculares.
Si bien Wilson era consciente de que su estado físico suponía un serio riesgo para su salud, postergó el cuidado de su cuerpo por cuestiones laborales. Precisamente, es una de las pocas actrices de Hollywood que consiguieron la fama sin estar delgadas junto a Melissa McCarthy, Chandra Wilson u Octavia Spencer.
“No es que quiera perder peso y llegar a cierto número de kilos. Es más sobre tratar mentalmente porqué comía de más. Además, tenía un trabajo en el que me pagaban mucho dinero para permanecer en mi peso y, a veces, eso puede causar un lío en tu cabeza”, reconoció la actriz en una entrevista con The Sun.
La obesidad y el sobrepeso, suelen producirse a raíz de un desequilibrio entre calorías ingeridas y gastadas. Es por ello que se debe trabajar para lograr una verdadera concientización, posicionada en políticas y tratamientos superadores. Pero eso se complica si se reciben presiones del entorno laboral.
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En algunos casos además de la asistencia de un deportólogo y un nutricionista también se necesita una terapia psicológica para colaborar en la fortaleza mental y en la autoestima, dos pilares imprescindibles para cualquier tipo de cambio en la vida de una persona. Las personas con sobrepeso experimentan estigmatizaciones que pueden atentar contra su estabilidad emocional, generando sentimientos nocivos como la culpa y la desesperación.
“Resulta claro que la obesidad es una enfermedad inducida por la conjugación de múltiples factores que inciden de manera simultánea y afecta la salud de las personas. Por eso, jamás debe atribuirse a una falta de voluntad o gula desmedida”, apunta Paola Harwicz (M.N. 84.182), cardióloga especialista en nutrición, con orientación en obesidad, a Con Bienestar.
La artista decidió ponerle fin a esa dinámica y cambió la forma de comer. “La alimentación debe ser uno de nuestros mejores aliados para mantener una salud integral”, explica Harwicz.
La dieta no lo es todo. Wilson lo completó con rutinas de ejercicio y la incorporación de otros hábitos saludables, como mostró en sus redes sociales. Allí publicaba su progreso y entrenamientos para animar a otros seguidores a decidirse a apostar por un cuidado mayor de su salud.
Tras poner en práctica todos los consejos de los especialistas a los que consultó, la australiana perdió más de 20 kilos y , lo que es más importante, ganó en calidad de vida.