Aunque se diagnostica con poca frecuencia, el cáncer anal está creciendo de forma sostenida desde hace cuatro décadas. Es un tipo de tumor gastrointestinal raro, con una incidencia anual de 1 a 2 casos por cada 100.000 habitantes. Afecta sobre todo a mayores de 50 años, y es dos veces más común en mujeres que en varones.
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Según la doctora Pilar García Alfonso, jefa de Oncología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, “el virus del papiloma humano (VPH) está detrás del 90% de los casos”, en especial los genotipos 16 y 18. Sin embargo, tener VPH no significa desarrollar necesariamente un tumor: la mayoría de las infecciones son transitorias y el sistema inmunológico las elimina.
Los principales factores que aumentan el riesgo son:
- Tener múltiples parejas sexuales
- Practicar sexo anal
- Antecedentes de verrugas genitales o cáncer en vías genitales bajas
- Fumar
- Estar inmunosuprimido (por VIH, trasplantes o medicamentos)
Las personas con VIH tienen entre 30 y 100 veces más posibilidades de desarrollar este tipo de cáncer que la población general.
Síntomas que suelen pasar desapercibidos
El mayor problema es que se diagnostica tarde. “Los síntomas iniciales son poco específicos y pueden confundirse con hemorroides o fisuras anales”, explica García Alfonso. Algunos de los signos de alarma incluyen:
- Picazón o irritación en la zona anal
- Sangrado leve al defecar
- Bultos pequeños o dolor leve
- Secreción o sensación de cuerpo extraño
En etapas más avanzadas, puede haber dolor persistente, incontinencia o masas más grandes.
Por qué es urgente detectar a tiempo el cáncer anal
La tasa de supervivencia a cinco años en Europa oscila entre el 44% y el 66%, y no ha mejorado en los últimos 20 años. Para cambiar este panorama, los especialistas insisten en:
- Vacunación contra el VPH (en adolescentes y grupos de riesgo)
- Uso de preservativo
- Control del tabaquismo
- Mayor conciencia en atención primaria
- Programas de detección precoz en personas inmunocomprometidas
El camino hacia el diagnóstico del cáncer de ano
Cuando hay sospecha, el estudio clínico incluye:
- Tacto rectal
- Anuscopia (examen con visión directa del canal anal y recto bajo anestesia)
- Biopsia de la lesión
- Estudios por imágenes (TAC y resonancia magnética)
“Es clave mantener un alto índice de sospecha para no demorar el diagnóstico”, remarca la experta.
Cómo se trata el cáncer de ano
La radioterapia con quimioterapia simultánea es el tratamiento curativo para la mayoría de los pacientes con cáncer de canal anal localmente avanzado.
La combinación de técnicas de irradiación externa con braquiterapia en casos seleccionados, consiguen unas tasas de respuesta completa y curación de más del 70%.
Asimismo, para casos seleccionados, el tratamiento con protonterapia puede reducir los efectos secundarios y mejorar la tolerancia al tratamiento.
