El politetrafluoretileno (PTFE), conocido de forma más sencilla como teflón, llegó a las cocinas del mundo desde Francia en 1954. El ingeniero Marc Grégoire creó la primera cacerola de aluminio con este producto y la llamó “Tefal” (contracción de teflón y aluminio), pero no fue hasta 1961 cuando un inventor norteamericano comenzó a fabricar sartenes recubiertas con ese material. Las denominó “The Happy Pan”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que, bajo condiciones normales de uso, el PTFE es generalmente seguro para la salud humana. Sin embargo, recalca la necesidad de evitar la exposición a temperaturas extremadamente altas en productos de PTFE para prevenir la liberación de sustancias peligrosas.
El teflón forma parte de cacerolas, moldes para hornear, utensilios y todo tipo de cacharros para la cocina. No solo está presente en el hogar, también en actividades industriales donde lo utilizan para fabricar diferentes tipos de productos. Incluso, en medicina se emplea en la fabricación de prótesis para vasos sanguíneos, revestimientos de hilos y mallas quirúrgicas. También sirve para la producción de alfombras, telas diversas, pinturas, farmacéuticos y biotecnología, entre otros.
¿Dónde está lo tóxico del teflón?
El ácido perfluorooctanoico (PFOA) se utilizaba como agente emulsificante en el proceso de fabricación del teflón. Este proceso permitía que las partículas de teflón se dispersaran uniformemente durante la producción del recubrimiento.
El doctor Philippe Grandjean, profesor de Medicina Ambiental (Dinamarca) ha investigado extensamente los efectos del PFOA en la salud. En sus estudios, ha concluido que la exposición al PFOA estuvo asociada con riesgos aumentados de cáncer de riñón y testículos, trastornos tiroideos, hipertensión inducida por el embarazo y bajo peso al nacer. Según Grandjean, la persistencia de este químico en el medio ambiente y en el cuerpo humano es preocupante, ya que se acumula y no se descompone fácilmente.
El consenso entre los expertos y organismos oficiales es que el PFOA representó un riesgo significativo para la salud humana y el medio ambiente. A pesar de su eficacia en aplicaciones industriales y de consumo, como en los utensilios de cocina antiadherentes, su uso ha sido cada vez más restringido debido a los peligros asociados. La tendencia global se dirige hacia la eliminación completa del PFOA en favor de alternativas más seguras.
Las razones por las que el teflón ya no se considera tóxico en la actualidad son:
- Eliminación del PFOA en la fabricación. En 2013, los principales fabricantes de PTFE se comprometieron a eliminar el uso de PFOA en sus procesos de fabricación. Como resultado, los productos de teflón fabricados después de 2015 ya no contienen PFOA.
- Mejoras en los procesos de fabricación. Los avances tecnológicos permitieron la creación de teflón sin necesidad de utilizar PFOA u otros compuestos similares, lo que mejoró la seguridad del producto final.
- Regulaciones más estrictas. La presión de los reguladores y la conciencia pública sobre los riesgos del PFOA llevaron a la implementación de normativas más estrictas en la fabricación de utensilios de cocina, asegurando que el Teflón sea seguro para su uso.
- Investigaciones y estudios. Numerosos estudios científicos han demostrado que el PTFE en sí mismo es inerte y no representa un riesgo para la salud cuando se utiliza correctamente, es decir, evitando sobrecalentar los utensilios de cocina (por encima de 260-300°C), lo que podría causar la descomposición del material y la liberación de humos tóxicos.
Estas razones han contribuido a que el teflón moderno sea considerado seguro para su uso en utensilios de cocina y otras aplicaciones.