El insomnio es una de las afecciones más comunes en la sociedad actual y se trata de un trastorno del sueño que afecta hasta una tercera parte de la población mundial, según aseguran los expertos. Los efectos más comunes en el día a día que derivan del insomnio son: la disminución de la concentración, falta de energía física, cambios de humor frecuentes y mayor irritabilidad.
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Estos síntomas son especialmente comunes en el insomnio agudo, el cual viene asociado a picos de estrés o problemas personales y que, al final, se resuelven. Sin embargo, el 60% de estos casos tienden a convertirse en insomnio crónico y las consecuencias pueden ser mucho peores. Se está ante un mayor riesgo de sufrir enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardíacas o trastornos severos del estado de ánimo.
El neurofisiólogo clínico español Javier Albares, que trabaja en la unidad del sueño del Centro Médico Teknon, habló de cómo un cambio en nuestros hábitos puede prevenir que caigamos en el insomnio crónico porque, según él, estamos tan centrados en tratar los síntomas (el no poder dormir) que nos olvidamos de qué hacer para prevenir que aparezca una enfermedad.
Los cuatro pasos que hay que seguir
Por eso, el especialista dio a conocer cinco pilares fundamentales que debemos integrar en nuestro estilo de vida para conseguir descansar mejor cada noche y evitar efectos no deseados en nuestra salud. Los cuatro pasos a seguir son:
- La actividad física. El desarrollo trajo consigo la abundancia de trabajos en los que se debe permanecer sentado en una silla durante horas. Esto es perjudicial para la salud en general y para el descanso en particular, ya que, según Albares “el sedentarismo empeora el sueño”. Por eso, recomienda mantener un estilo de vida activo durante todo el día y movernos más y mejor a lo largo de todo el día. Elegir las escaleras en lugar del ascensor, caminar en vez de ir en el transporte público, son pequeños pasos hacia un mejor descanso. “Si tenemos un trabajo en el que debemos estar sentados, lo ideal es que cada 50 minutos o una hora nos levantemos y camines un poco o incluso podemos hacer unas sentadillas, unas flexiones o unos abdominales”, dijo.
- Los contactos sociales. Según un estudio de la Universidad de Harvard, nuestras relaciones sociales son el pilar más importante para lograr la felicidad. Y, según Javier Albares, también para dormir mejor. «Somos una especie social. Necesitamos el contacto social, hablar y que nos escuchen, abrazarnos y estar con gente. Esto tiene mucho que ver con el sueño porque influye en nuestro estado emocional, lo que a su vez influye en el descanso», asegura el experto.
- La alimentación. Es tan importante lo que comemos como a la hora a la que lo comemos. Según este experto: “Deberíamos cenar al menos tres horas antes de acostarnos porque nuestro metabolismo no está preparado para digerir tarde, la insulina no funciona igual y va a afectar a nuestro sueño. Además, la misma cena a las 8 de la tarde engorda mucho menos que a las 11 de la noche”.
- Dejar de normalizar el estrés crónico. Vivimos en una sociedad en la que estamos estresados de manera crónica y, como nos habituamos a eso, parece que es lo normal. Para acabar con ello, Albares apuesta por aprender a vivir en el momento presente, no pensar constantemente en el futuro ni en el pasado. «Las mejores herramientas que la neurociencia ha encontrado para ayudarnos a entrenar nuestra atención y estar en el presente son el mindfulness, la meditación y la autocompasión, que es aprender a ser más amable con uno mismo”, aconsejó.
