Cada persona tiene sus propias costumbres a la hora de dormir como ser usar un tipo de almohada y tener la luz encendida o apagada, pero hay una acción que se repite a menudo que es la de sacar un pie fuera de las sábanas y, según especialistas, este acto cotidiano corresponde a un mecanismo importante cuando queremos conciliar el sueño: la regulación de la temperatura corporal.
“La explicación de cómo influye la temperatura a la hora de conciliar el sueño es que para poder dormir tenemos que expulsar el calor interno hacia fuera a través de la vasodilatación”, explicó María José Martínez, coordinadora del grupo de Cronobiología de la Sociedad Española del Sueño (SES).
En otras palabras, el cuerpo humano funciona como cualquier otra máquina que, tras moverse a lo largo de todo el día se calienta y, para descansar, necesita refrigerarse, pero ¿cómo se produce este proceso desde un punto de vista científico? “Lo que hacemos es disminuir la temperatura interna de nuestros órganos disipando el calor hacia fuera a través de la vasodilatación, es decir, se abren los capilares sanguíneos de forma que aumentamos nuestra temperatura periférica en la piel, las manos y los pies”, indicó Martínez.
Una vez que se produce esta vasodilatación, es cuando tendemos a sacar un pie para expulsar ese calor. “Este fenómeno lo podemos observar de forma muy clara en los bebés que, cuando tienen sueño, vemos que las orejas y la nariz están rojitas y calientes y, lo que está sucediendo en realidad, es que están vasodilatando las zonas periféricas para expulsar el calor que les sobra y poder dormir”, señaló la experta. Esa vasodilatación sirve para regular la temperatura corporal y poder descansar. Martínez dijo al respecto: “De ahí a que en invierno, aunque haga mucho frío, también saquemos el pie fuera para expulsar ese calor”.
Dispositivos para regular la temperatura: calefacción y aire acondicionado
En ocasiones, para conseguir una temperatura agradable para dormir bien y tener un sueño reparador se opta por utilizar sistemas de climatización. Al respecto, Martínez consideró que lo ideal es preparar la habitación antes de irse a dormir, mantener una temperatura constante y, en función de cada dispositivo, asegurarnos que no supere los 24 grados en invierno ni esté por debajo de los 19 grados en verano. “También es importante elegir una ropa de cama y un pijama adecuados para cada época del año”, comentó.
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Por otra parte, la especialista subrayó que, más allá de la temperatura, existen tres factores fundamentales a la hora de conciliar el sueño y poder dormir bien: la sincronización, el contraste y la regularidad.
“La sincronización se refiere a que todos los relojes están puestos a la misma hora, el contraste es aquel que marca la diferencia entre el día y la noche y la regularidad significa establecer determinados horarios fijos de sueño, comidas y ejercicio”, aclaró, a la vez que insistió en la importancia de desconectar del trabajo a la hora de irse de la cama y reducir la exposición a la luz azul (procedentes de pantallas de ordenador y teléfonos móviles) para conciliar el sueño.
Consejos para dormir bien todo el año
Las recomendaciones para conseguir un sueño de calidad avaladas por la World Association of Sleep Medicine (WASM) son:
- Establecer un horario regular de sueño.
- Evitar siestas diurnas superiores a 45 minutos.
- Evitar el consumo de alcohol al menos cuatro horas antes de acostarse y no fumar.
- No ingerir café, té, chocolate o bebidas energéticas al menos seis horas antes de dormir.
- Evitar comidas pesadas o picantes, al menos cuatro horas antes de dormir. Asimismo, los especialistas aconsejan cenar algo ligero.
- Hacer ejercicio regularmente, pero no inmediatamente antes de dormir.
- Utilizar ropa de cama cómoda y agradable.
- Mantener la habitación bien ventilada y con un nivel de temperatura agradable.
- Durante la noche, eliminar de la habitación el ruido que pueda causar distracción, así como luminosidad.
- Evitar utilizar el dormitorio para trabajar y para actividades lúdicas en general, reservarlo solo para dormir.