Más allá de todos los premios, es conocida la pelea de Michael Phelps contra la depresión. El exnadador olímpico incluso contempló la idea de suicidarse, luego de pasar varios días encerrado en una habitación. En ese lapso, supo que “tenía que haber una opción mejor” y decidió empezar terapia, lo que, asegura, le salvó la vida.
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Sin embargo, su pelea está lejos de terminar. El deportista confesó reciententemente en una entrevista a medios extranjeros que lucha día a día contra su mente. “Peleo más de lo que la gente sabe. Tengo que estar preparado para manejarlo”, explicó.
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Para Phelps, la depresión significa “no tener nada positivo en la mente. Básicamente soy mi propia bolsa de boxeo”. ¿Su peor momento? El otoño, ya que recuerda sus dos detenciones por conducir alcoholizado. “Suelo estar malhumorado y cualquier comentario puede disparar mi enojo. Da miedo”, reveló.
De todas formas, el medallista detalló que tiene varias estrategias para no caer en los brazos de la depresión. En principio, comienza su día a las 5 de la mañana con un entrenamiento, antes de que sus hijos se despierten. “Si no, soy una verdadera pesadilla”, afirmó.
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Otra de sus tácticas es buscar un espacio tranquilo para sentarse y reflexionar acerca de sus emociones. Así, disminuye la carga de los pensamientos negativos. Y, por último, tiene dos frases que suele repetirse cuando entra a algún lugar: “merezco amor” y “puedo manejar el amor”. “Uno cree las cosas que se dice y todos merecemos ser felices”, concluyó.
