El microbioma intestinal se refiere a los billones de bacterias (y otros microbios) que viven dentro de nuestro sistema digestivo. Durante la última década, la investigación encontró que estas bacterias producen sustancias que son necesarias para nuestra salud.
Algunos estudios proporcionaron evidencia que sugiere que el microbioma intestinal también puede ser importante para la salud de los músculos esqueléticos. Eso es de acuerdo con una nueva investigación publicada en The Journal of Physiology.
Taylor Valentino, primer autor del artículo, declaró: “Si podemos identificar las sustancias que las bacterias intestinales están produciendo para ayudar al crecimiento de los músculos después del ejercicio, podríamos usar algunas de esas sustancias en personas que sufren de la pérdida de músculo como se ve típicamente con el envejecimiento o el cáncer”.
La sarcopenia se caracteriza por presentar una reducción de la capilaridad muscular, pérdida de sensibilidad a la insulina de las células musculares, alteración de la generación y función de las mitocondrias musculares y en un desbalance en la producción de músculo nuevo.
Las pruebas de la acción de la microbiota en ratones
Los investigadores administraron, a través de agua potable, antibióticos a algunos ratones que sumaron a un grupo más grande, e hicieron que todos se ejercitaran en ruedas para correr todos los días, durante nueve semanas. El tratamiento con antibióticos mató las bacterias del microbioma intestinal.
Luego compararon los músculos de ratones sanos con los que no tenían un microbioma intacto para ver si los músculos se adaptaban de manera diferente a la carrera de ruedas. Encontraron que los músculos de los ratones sin un microbioma intacto no crecieron tanto como los de los ratones sanos, a pesar de que ambos grupos de roedores corrieron la misma cantidad de tiempo, durante las nueve semanas de carrera de ruedas.
Estos hallazgos indican que un microbioma intestinal saludable es necesario para que los músculos esqueléticos crezcan completamente después del ejercicio. Aunque los investigadores utilizaron una dosis relativamente baja de antibióticos en comparación con estudios anteriores, una limitación de la investigación es que no saben si los antibióticos podrían haber afectado directamente la capacidad del músculo esquelético para adaptarse al ejercicio.
El desafío actual: determinar cómo el ejercicio cambia la función del microbioma intestinal
John McCarthy, autor principal del estudio, aclara que “desde un punto de vista atlético, se descubrió que los corredores de categoría mundial tenían más de un tipo particular de bacterias que proporcionaban una fuente adicional de energía que se pensaba que les ayudaba a correr más rápido. Así pues, el microbioma intestinal produce sustancias que parecen ser importantes para que los músculos esqueléticos se adapten plenamente al ejercicio, además de ayudar a mejorar el rendimiento deportivo”.
“Actualmente estamos tratando de determinar cómo el ejercicio cambia la composición y la función del microbioma intestinal -relata-. Esta investigación, junto con otros estudios en bacterias, nos permitirá identificar las sustancias fabricadas por el microbioma intestinal que ayudan a que el músculo esquelético aumente de tamaño en respuesta al ejercicio”.