La salud bucal se ha convertido en un tema imprescindible para la salud general ya que su descuido puede provocar infecciones que hacen necesario abordar los riesgos de la automedicación.
“Las personas se automedican sin saber por un dolor dental que no lo amerita. El 99 por ciento de los dolores odontogénicos se solucionan con alguna maniobra odontológica específica como una apertura, desgaste de oclusión o un drenaje, por ejemplo”, indica Pablo Rodríguez, decano de la Facultad de Odontología de la Universidad de Buenos Aires.
Leé también: Acidez estomacal: cuáles son los peligros de automedicarse
La ausencia de servicios y la escasa participación de odontólogos privados que atiendan las 24 horas constituyen un problema que atenta contra el acceso a la salud. Como consecuencia, las personas enseguida encuentran alivio al tomar un calmante y, muchas veces, se autoindican un antibiótico.
“El uso indiscriminado de analgésicos o antibióticos puede enmascarar síntomas de problemas más graves, infecciones o confusiones en el diagnóstico”, explica el experto.
Por qué las personas recurren a la automedicación
Existen varias razones por las que las personas deciden automedicarse en lugar de acudir al odontólogo. Algunas de ellas son:
- Alivio inmediato. El dolor puede generar una urgencia en buscar alivio, incluso si esto implica posponer o evitar la visita al dentista.
- Miedo o temor. La ansiedad asociada con visitar al odontólogo puede ser un obstáculo significativo para algunas personas.
- Gravedad del problema dental. Algunas personas pueden subestimar la gravedad de sus problemas dentales y creer que no necesitan la atención de un profesional.
- Tiempo y recursos económicos. La falta de tiempo o dinero puede dificultar la búsqueda de atención dental adecuada.
Además, el especialista afirma que una automedicación indebida podría empeorar las enfermedades bucales más frecuentes:
- Caries. Es una enfermedad infectocontagiosa muy común que afecta los dientes.
- Gingivitis. La gingivitis es una inflamación de las encías causada principalmente por la acumulación de placa bacteriana.
- Periodontitis. Cuando la gingivitis empeora, se puede convertir en periodontitis, una de las enfermedades bucales más peligrosas, ya que afecta los tejidos de soporte (hueso) que sostienen los dientes.
Qué medidas de prevención existen para evitar las enfermedades bucales
Por ello, el especialista afirma que es crucial concientizar sobre la importancia de incentivar el correcto cuidado de una buena salud bucal con las siguientes medidas:
- Un cepillo de dientes especial. Utilizar un cepillo de dientes de filamentos suaves y cabezal adecuado para llegar a todas las áreas de la boca, que no golpee las paredes de la boca. Se recomienda cambiar el cepillo cada 3 meses o cuando las cerdas estén desgastadas.
- Pasta dental fluorada. Es importante que la pasta dental que usemos tenga flúor de acuerdo a la edad de cada paciente. Menos de 6 años con 1,000 partes por millón de flúor y mayores de 6 años, 1450 partes por millón de flúor.
- Hilo dental o cepillos interdentales. El uso diario de hilo dental o cepillos interdentales ayuda a eliminar la placa y los restos de alimentos que pueden provocar caries y enfermedades de las encías.
- Enjuagues bucales con CPC. Los colutorios con cloruro de cetilpiridinio (CPC) pueden ser útiles como complemento en la higiene bucal. El CPC tiene propiedades antibacterianas que pueden ayudar a reducir la placa y prevenir enfermedades de las encías. Se recomienda usarlos según las indicaciones del odontólogo.
“Es importante recordar que se debe acudir al odontólogo al menos 2 veces al año y apenas se sienta un malestar bucal. Esto ayudará a detectar y tratar cualquier problema bucal en etapas tempranas, evitando complicaciones mayores y promoviendo una óptima salud oral”, destacó Rodríguez.