Caminando despacio y con una gran sonrisa, Marian Dolik, de 13 años, entra en un simulador de caída libre y se lanza para mantenerse en el aire, olvidando por un momento los límites debidos a su parálisis cerebral. Marian es uno de los 120 niños seleccionados para participar en el proyecto ruso “Vuela conmigo”, que permite a menores con discapacidades recuperar una libertad de movimiento volando en estos ventiladores, gracias a un potente flujo de aire vertical.
El chico, equipado con un casco y un overol, realiza movimientos en el aire mientras su entrenador lo monitorea y le dice cómo tiene que actuar. ”Estos vuelos me ayudan a caminar mejor y a estar más estable. He aprendido a controlar mejor mi cuerpo”, explica a la agencia AFP este chico rubio y esbelto que se entrena una vez por semana en San Petersburgo o en Moscú y sueña con hacer paracaidismo. Su madre, Irina Dolik, afirma que tras tres meses de prácticas se ha dado cuenta de que “la gama de movimientos que es capaz de hacer ha aumentado y su coordinación ha mejorado”.
Los niños seleccionados tienen entre 5 y 14 años y vienen de San Petersburgo, los Urales o la región del Volga para participar en este proyecto financiado por los fondos de la presidencia rusa y apoyado por el movimiento pro-Kremlin Frente Popular, que se encarga de temáticas sociales.
La doctora Ekaterina Inozemtseva, que dirige el proyecto, es madre de una niña con parálisis cerebral. Para conseguir el apoyo financiero del Estado, en diciembre, interrumpió un discurso del presidente Vladimir Putin en una videoconferencia dedicada a los problemas de las personas con discapacidades.
Según las cifras oficiales, Rusia cuenta con unos 85.000 niños con parálisis cerebral, una enfermedad que dificulta los movimientos y las actividades motrices. El apoyo a estos enfermos en el país sigue siendo muy limitado, con centros públicos bastante desactualizados. La doctora Issanova, especialista en reeducación física, admite que los cuidados médicos utilizados en Rusia para los menores que sufren esta discapacidad se han quedado obsoletos.
”La cultura física medicalizada y los masajes que se practican tradicionalmente a los niños con parálisis cerebral no funcionan para hacerlos mover. Estos métodos están anticuados”, se lamenta. Los vuelos en estos espacios con ventiladores, en cambio, “hacen trabajar los músculos y las articulaciones que no están activas en la vida cotidiana”, explica. La especialista admite, sin embargo, que este método todavía tiene que ser estudiado para dar una “base científica” al proyecto.
Saltar en paracaídas
Los vuelos en simuladores de caída libre están ganando terreno en Rusia, pero son muy caros: cerca de 30.000 rublos la hora (400 dólares). Sin ayuda financiera, pocas familias pueden permitírselo. Estos dispositivos ya se usan en Europa y Estados Unidos para tratar a los niños con discapacidades, pero en Rusia es un método nuevo, señala la doctora Ekaterina Inozemtseva. Su proyecto, gratuito para los niños seleccionados, incluye también ejercicios físicos dos veces por semana y una sesión de caída libre de seis minutos por semana.
”Queremos que está forma de recuperación física sea incluida en los programas a nivel federal para que sea accesible gratuitamente para todos los niños con parálisis cerebral en cada región”, dice Inozemtseva a la AFP. Para Ruslan Savitski, uno de los entrenadores, estos ejercicios “mejoran las funciones motrices y el estado psicológico y emocional de los niños. Tienen la posibilidad de entrenarse como verdaderos deportistas y podrán en un futuro incluso saltar en paracaídas. El cielo se abre a ellos”, concluye.
Fuente: AFP