Las emergencias y desastres naturales generan un fuerte impacto emocional en las personas afectadas. La reciente catástrofe en Bahía Blanca dejó en evidencia la necesidad de contar con herramientas para afrontar estas situaciones.
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La médica psiquiatra Silvia Bentolila (MP 59647) señala que “los desastres no solo afectan lo material, sino que pueden dejar huellas profundas en la salud mental. Es clave reconocer que el impacto psicosocial es tan importante como el que se evidencia en los daños físicos, de hecho no es posible separar uno del otro”. Además, explica que el estrés que desencadenan puede manifestarse de diferentes formas, con reacciones agudas de ansiedad, miedo, angustia, insomnio y alteraciones en el estado de ánimo.
El impacto emocional tras un desastre
El impacto de una emergencia puede ser inmediato o aparecer con el tiempo. “Los primeros días suelen estar marcados por la confusión y la necesidad de resolver lo urgente, pero luego pueden surgir síntomas emocionales más intensos, como angustia, sensación de vulnerabilidad o incluso desesperanza”, describe Bentolila.

Algunos efectos emocionales frecuentes incluyen:
- Sensación de desorientación y miedo persistente.
- Irritabilidad, angustia o tristeza extrema.
- Dificultad para dormir, cambios en el apetito.
- Síntomas físicos asociados al estrés, como dolor de cabeza o fatiga constante.
Bentolila advierte que “no todas las personas reaccionan igual, y es clave el apoyo que reciban en el momento agudo y posterior al desastre. Sin este apoyo aumenta el riesgo de desarrollar en el mediano o largo plazo, trastornos de ansiedad, depresión, consumos de alcohol y sustancias o estrés postraumático".
Estrategias para afrontar la crisis y recuperar la estabilidad
Superar el impacto de un desastre requiere tiempo y un acompañamiento adecuado. Entre las estrategias recomendadas por especialistas se destacan:
- Aceptar las emociones. Es normal sentir miedo, angustia o enojo. “Reconocer lo que uno siente es el primer paso para procesarlo”, indica Bentolila.
- Buscar apoyo en el entorno. La contención emocional de familiares, amigos y la comunidad es fundamental. “No atravesar la crisis en soledad ayuda a mitigar el impacto emocional”, enfatiza la psiquiatra.
- Retomar rutinas. Dentro de lo posible, mantener hábitos diarios contribuye a recuperar la sensación de estabilidad y control.
- Evitar la sobreexposición a noticias. Informarse es importante, pero “el exceso de imágenes y noticias negativas puede aumentar la angustia y el riesgo de impacto traumatico ”, advierte Bentolila.
Además, destaca la importancia de consultar con un profesional de la salud mental en caso de síntomas persistentes “Si la ansiedad, el miedo o la tristeza se vuelven inmanejables y afectan la vida cotidiana, es crucial buscar ayuda”.
El rol de la comunidad en la recuperación emocional
El apoyo social es clave para la recuperación emocional tras una emergencia. “Las redes comunitarias juegan un papel fundamental. La solidaridad y el acompañamiento pueden hacer una gran diferencia en la reconstrucción del bienestar psicológico”, subraya Bentolila.
En este sentido, las autoridades y organizaciones de salud mental deben facilitar espacios de escucha y contención para quienes han atravesado situaciones críticas, potencialmente traumáticas. “La resiliencia no es una capacidad individual, sino que se fortalece cuando hay comunidad y apoyo mutuo”, resalta.
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Los desastres dejan huellas profundas, pero con las herramientas adecuadas y el acompañamiento necesario, es posible atravesar la crisis y recuperar el bienestar emocional. “Que las heridas cicatricen, sin que queden abiertas es el comienzo para elaborar lo vivido” concluye la especialista.