Un accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como ataque cerebral, ocurre cuando el flujo de sangre al cerebro se interrumpe o se reduce considerablemente. Esto puede ocasionar daño cerebral o la muerte de las células cerebrales, lo que puede tener consecuencias devastadoras para la salud de la persona.
Tipos de ACV:
Existen dos tipos principales de ACV:
- Isquémico: Es el tipo más común y ocurre cuando un coágulo sanguíneo bloquea una arteria que irriga sangre al cerebro.
- Hemorrágico: Se produce cuando un vaso sanguíneo del cerebro se rompe y libera sangre en el tejido cerebral.
Síntomas del ACV:
Es fundamental reconocer los síntomas de un ACV a tiempo para recibir atención médica inmediata. Algunos de los síntomas más comunes son:
- Debilidad o entumecimiento repentino de la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo.
- Confusión o dificultad para hablar o entender.
- Problemas para caminar, mareos o pérdida del equilibrio.
- Dolor de cabeza intenso y repentino sin causa conocida.
Qué hacer si se sospecha un ACV:
Actuar rápido es crucial. Si usted o alguien que conoce presenta síntomas de un ACV, llame a una ambulancia de inmediato. No intente conducir hasta el hospital.
En el hospital, los médicos podrán realizar pruebas para determinar el tipo de ACV y el mejor tratamiento. El tratamiento temprano puede ayudar a minimizar el daño cerebral y mejorar las posibilidades de recuperación.
Prevención del ACV:
Es importante tomar medidas para reducir el riesgo de sufrir un ACV. Algunas medidas de prevención incluyen:
- Controlar la presión arterial.
- Mantener un peso saludable.
- Realizar actividad física regular.
- No fumar.
- Llevar una dieta saludable.
- Controlar la diabetes.