Los adultos mayores fueron sin dudas de los más afectados al comienzo de la pandemia cuando poco se sabía del SARS-CoV-2 y la única manera de evitar los contagios era mediante el encierro. La soledad, la distancia con los seres queridos y la falta de conocimiento respecto al uso de la tecnología fueron factores que impactaron en su salud mental y potenciaron su deterioro psíquico.
Un estudio científico de la Universidad de Lancaster (Reino Unido) y la Universidad de Columbia Británica (Canadá), encontró que hubo un “notable aumento de la soledad” en Estados Unidos y un descenso del bienestar mental general en Inglaterra tras el brote de coronavirus. Los investigadores hallaron que la interacción virtual potenció la sensación de soledad de los adultos mayores en lugar de aliviarla como se creía. Para llegar a esas conclusiones, los especialistas recopilaron datos de 5.148 personas de 60 años o más en Inglaterra y 1.391 en EE.UU., las que fueron encuestadas antes y durante la pandemia.
Los especialistas comprobaron que mientras el contacto regular cara a cara fue asociado a un mejor bienestar mental, el virtual (mediante dispositivos tecnológicos como computadoras o celulares) generó lo contrario: los adultos mayores estadounidenses que tenían un contacto virtual más frecuente eran más propensos a sentirse solos que los que tenían una interacción presencial o virtual poco frecuente. Es decir, aquellos que se juntaron con amigos y familiares a lo largo de la pandemia tuvieron un mejor bienestar psíquico.
Yang Hu, profesor senior de Sociología y Ciencia de Datos en Lancaster y autor del trabajo, le dijo a CNN: “Encontramos que el contacto cara a cara es esencial para ayudar a mantener el bienestar mental de los adultos mayores. Es sorprendente que el contacto virtual se asocie con una mayor soledad y angustia mental que la ausencia de contacto, pero no es tan sorprendente que una amplia gama de investigaciones haya documentado la carga digital, el estrés y el rechazo experimentado por algunos en la población que envejece. Esto tiene que ver con un complejo conjunto de factores, como el acceso digital, la asequibilidad de los dispositivos, los conocimientos tecnológicos y el posible estrés digital entre la población de mayor edad”.
En ese sentido, el investigador resaltó la importancia de ayudar y acompañar a los adultos mayores en el proceso de aprendizaje del uso de las herramientas digitales, al mismo tiempo que es necesario protegerlos del agotamiento y el estrés que eso puede provocarles.
Mientras que casi todos (99%) los adultos de entre 16 y 44 años en el Reino Unido fueron usuarios recientes de Internet en los tres meses anteriores, apenas el 54% de los adultos de 75 años o más se clasificaron como tales, según la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS), citando datos recogidos por la Encuesta de Población Activa entre enero y marzo de 2020. Sin embargo, la proporción de personas de 75 años o más que eran usuarios recientes de Internet casi se había duplicado, desde 2013.
Al respecto, Caroline Abrahams, directora de la organización benéfica Age UK, dijo: “Las personas mayores son típicamente muy resilientes, pero la interrupción de la vida cotidiana y el aislamiento forzado durante la pandemia del coronavirus ha golpeado a algunos de forma muy severa. Para las personas mayores que pueden utilizarla, la tecnología ha sido invaluable, ayudándoles a mantenerse en contacto con sus seres queridos y a sentirse conectados. Sin embargo, el contacto social favorece nuestro bienestar y ayuda a evitar la soledad en la tercera edad. Por eso, aunque la tecnología digital ha avanzado y se ha vuelto cada vez más sofisticada, nunca podrá sustituir a la interacción social ni al contacto humano”.