De repente, te encontrás atravesando una etapa que jamás habías imaginado en tu vida. Las palabras pandemia, virus y encierro no dejan de darte vueltas por la cabeza. Y claro que asustan, porque estás viviendo algo nuevo que ni siquiera estaba dentro de tus planes o, por el contrario, vino a derrumbar los que ya tenías para este año.
Se aproxima una época donde podría predominar el estrés, la ansiedad y la angustia. Es normal sentir estas emociones en situaciones tan extremas como el coronavirus. Muchos debieron enfrentarse a la difícil pérdida de sus seres queridos, otros tuvieron que paralizar sus trabajos y se alejaron de sus rutinas, como así también de sus vínculos más cercanos.
Al principio te resultaba extraño ponerte el tapabocas y ahora ya no salís nunca sin él. Cuando escuchaste la palabra cuarentena por primera vez, te aterraba la idea del encierro. Ahora estamos por cumplir 90 días. Aunque ya te sientas muy cansado de esto y quizás no te atraían las videollamadas en un primer momento, entendiste que ahora te mantienen conectado con el exterior. Todas estas pequeñas cosas indican que te estás adaptando a la nueva normalidad.
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Este proceso de adaptación no es el mismo en todas las personas, porque cada uno lo hace a su tiempo, a su ritmo y forma, y es esencial comprenderlo para no someternos a más presiones. Las personas que podrían mostrar mayores dificultades en este cambio son aquellas que ya presentaban factores de vulnerabilidad psicológicos previos a la pandemia. Son las que más acompañamiento requerirán.
A continuación, algunos consejos para que puedas soltar la antigua normalidad y sobrellevar la nueva de la mejor manera:
. Alejáte de los pensamientos catastróficos o apocalípticos.
. No intentes predecir el futuro, tomá decisiones a corto plazo.
. Enfocáte en lo que sí podés controlar, hay cosas que no dependen sólo de vos.
. Sé flexible con vos mismo y con los demás: la rigidez en el pensamiento no te ayudará en estos momentos.
. Conocé tus emociones, aceptalas y aprende a manejarlas.
. Fomentá el sentido del humor y la empatía.
. No te aísles, aumentá el apoyo socio-familiar y siempre poné en palabras tu malestar.
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Este es el desafío que se nos presenta: Cuidarnos entre todos y convivir con esta nueva normalidad. Si sentís que no podes solo, busca ayuda profesional.
(*) Por Eliana Álvarez, Licenciada en Psicología, M.N. 68.245.
