Los canelones son uno de los platos clásicos de la gastronomía argentina. Aunque los tradicionales llevan carne picada, salsa blanca y queso gratinado, hay otras opciones que son deliciosas. Una alternativa riquísima son los canelones rellenos con ricota, hongos y vino blanco.
Para preparar el relleno hay que limpiar y picar finamente 400 gramos de hongos frescos. Hay que saltearlos en aceite de oliva con ajo y cebolla hasta que suelten toda el agua y comiencen a dorarse. Luego hay que agregar una copa de vino blanco. Hay que dejar reducir para concentrar los sabores. En un bowl hay que mezclar esta preparación con 500 gramos de ricota, sal, pimienta y nuez moscada al gusto.
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Hay que rellenar los canelones con esta mezcla y acomodarlos en una fuente para horno previamente cubierta con salsa blanca o una bechamel ligera. Hay que cubrirlos con más salsa y espolvorearlos con queso rallado para gratinar.
Hay que cocinar los canelones a temperatura media-alta durante 25 a 30 minutos. El resultado es un canelón con un sabor profundo y una textura cremosa, que renueva el clásico sin perder identidad.

Estos canelones son ideales para quienes desean reducir el consumo de carne o simplemente experimentar con nuevas combinaciones en la cocina.
Cómo hacer 6 masas de canelones
Ingredientes:
- 1 huevo
- 125 ml de leche
- 60 g de harina
- 1 pizca de sal
- 1 cdita de aceite
- Manteca o aceite para la sartén
Instrucciones:
- Batir el huevo con la leche y la sal.
- Agregar la harina de a poco, mezclando hasta obtener una masa líquida sin grumos.
- Agregar una cucharadita de aceite para que no se peguen.
- Calentar una sartén antiadherente con un poquito de manteca o aceite.
- Colocar un cucharón pequeño de masa, girando la sartén para cubrir el fondo.
- Cocinar 1 minuto por lado, hasta que estén dorados.
Receta de una salsa perfecta
Para esta preparación, la salsa blanca o bechamel debe ser ligera y cremosa para complementar sin opacar el relleno. En una cacerola hay que derretir 50 gramos de manteca a fuego medio. Incorporar 50 gramos de harina 0000 y cocinar, revolviendo constantemente. Luego hay que agregar lentamente 600 ml de leche tibia, batiendo con un batidor de mano para evitar grumos. Cocinar a fuego bajo, revolviendo, hasta que la salsa espese y tenga una textura sedosa. Hay que salpimentar a gusto y agregar una pizca de nuez moscada.
Para darle un toque extra hay que incorporar 50 gramos de queso rallado cuando la salsa esté casi lista, mezclando bien hasta que se funda. Esta salsa blanca aporta cremosidad y un ligero sabor lácteo que equilibra el relleno de ricota y hongos, además de ayudar a mantener la humedad durante el horneado. Es fundamental que la salsa no quede demasiado espesa.