Aunque la mayoría combina los ñoquis con salsas tradicionales, hay una muy deliciosa que está ganando terreno. Se trata de la salsa puttanesca, de origen italiano, que lleva ingredientes intensos como ajo, aceitunas, alcaparras, tomate y un toque picante.
Para hacer esta receta primero hay que preparar los ñoquis, para los que se necesita 1 kilo de papas, 300 gramos de harina, 1 huevo y sal a gusto. Primero hay que hervir las papas sin cáscara. Luego hay que hacer un puré, al cual una vez frío hay que agregarle el huevo, la sal y la harina. Cuando la masa esté lista hay que cortar en tiras y formar los ñoquis con la ayuda de un cuchillo. Una vez listos hay que hervirlos hasta que suban a la superficie.
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Después hay que preparar la salsa puttanesca. Se necesitan 3 dientes de ajo, 400 gramos de tomate triturado, 100 gramos de aceitunas negras sin carozo, 2 cucharadas de alcaparras, ají molido, sal, pimienta y aceite de oliva. Primero hay que rehogar el ajo picado. Después hay que agregar el tomate triturado, las aceitunas cortadas en rodajas, las alcaparras y el ají molido. Hay que dejar cocinar a fuego medio alrededor de 15 minutos, hasta que espese.

Tips para que los ñoquis salgan deliciosos
Para que los ñoquis salgan livianos y no se deshagan al cocinarlos, el primer tip clave es usar papas blancas y cocinarlas con cáscara. Esto evita que absorban demasiada agua. Una vez cocidas, hay que pelarlas en caliente y hacer el puré lo más seco posible. Es importante dejar enfriar el puré antes de agregar el huevo y la harina, así la masa no queda pegajosa ni blanda.
Otro consejo importante es no amasar en exceso. A diferencia de otras masas, la de los ñoquis necesita un amasado breve, solo hasta que los ingredientes se integren. Para cocinarlos hay que poner los ñoquis en una olla con abundante agua hirviendo con sal y retiralos apenas suben a la superficie, lo que indica que están listos. Si los dejás más tiempo, se pueden desarmar o pasar de cocción. Y como toque final, siempre es mejor mezclarlos con la salsa en la sartén, no en el plato, para que absorban bien los sabores.