La cebolla es un ingrediente infaltable en la cocina, pero ¿sabías que la forma en que la consumís puede afectar sus propiedades nutricionales? Para conservar al máximo sus nutrientes, la mejor opción es comerla cruda o con una cocción lenta. Al cocinarla, sobre todo si la hervís o salteás, se pueden perder compuestos beneficiosos como la quercetina, un potente antioxidante, y la glucoquinina, conocida como “insulina vegetal” por su efecto hipoglucemiante.
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Cocción lenta: el truco del chef José Andrés
Si preferís cocinar la cebolla, el reconocido chef José Andrés sugiere una cocción lenta y prolongada para preparar un sofrito. Este método permite que la cebolla libere sus jugos y que sus azúcares naturales se descompongan, al lograr un sabor dulzón sin necesidad de añadir azúcar. Así, podés disfrutar de un plato sabroso sin perder los beneficios de este vegetal.

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Un truco para suavizar su sabor
Para aquellos que encuentran el sabor de la cebolla demasiado fuerte, hay un truco sencillo: sumergirla en agua con hielo y limón durante 15 minutos. Este proceso no solo reduce su sabor ácido, sino que también la hace más crujiente, ideal para ensaladas y platos frescos.
En resumen, para aprovechar al máximo los beneficios de la cebolla, es recomendable consumirla cruda o, si decidís cocinarla, hay que hacerla a fuego lento para preservar sus compuestos saludables. Así, podés disfrutar de todo su sabor y sus propiedades en cada bocado.