El coliflor es una de las verduras más difíciles de lavar. Es que en su cabeza compacta y repleta de pliegues se esconden restos de tierra e incluso pequeños insectos. Por eso, es importante limpiarlo a fondo para que no quede suciedad atrapada, dado que eso podría no solo arruinar un plato de comida y dejar mal sabor, sino también comprometer la salud. Aunque no se trata de una tarea sencilla, existen ciertos trucos que garantizan que se elimine por completo la mugre.
Por qué evitar la lavandina y el vinagre para lavar el coliflor
Si bien son dos potentes limpiadoras, la lavandina y el vinagre no son recomendables para remover la suciedad del coliflor. Es que la lavandina se trata de un potente desinfectante que, si se utiliza en alimentos, es imprescindible tener cuidado con las diluciones exactas y un enjuague posterior muy riguroso para que no queden restos.
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Por otro lado, con el vinagre se corre el riesgo de modificar el sabor de esta verdura y que quede un gusto ácido que podría arruinar una preparación cremosa.
Paso a paso para limpiar el coliflor con la ayuda del bicarbonato de sodio
- Retirar las hojas externas y también las partes que se vean golpeadas, marchitas o con manchas oscuras. De esta manera, se evitan zonas dañadas que podrían contaminar el resto.
- Separar la cabeza en ramilletes medianos. De esta manera, el agua entra mejor por todas las hendiduras y no quedan espacios ocultos con suciedad.
- Para el primer enjuague, hay que usar agua fría de la canilla, mientras se frota cada pieza. Si hay alguna parte con demasiada suciedad, se puede recurrir a un cepillo suave.
- Llenar un bowl grande con cuatro tazas de agua fría (aproximadamente un litro) y disolver una cucharada sopera de bicarbonato de sodio. Meter allí los ramilletes del coliflor y moverlos suavemente para que todo el líquido penetre por los pliegues.
- Dejar los ramilletes sumergidos en la mezcla de agua y bicarbonato de sodio entre 10 y 15 minutos como máximo. Esto ayuda a que se desprenda la suciedad y a reducir el rastro de insectos, sin que se modifique el sabor original de la verdura.
- Enjuagar nuevamente bajo el agua de la canilla. Este paso es importante para que no queden restos de bicarbonato de sodio.
- Escurrir bien y secar cada pieza con un repasador limpio. Esto no solo elimina ese sabor a “húmedo” en la cocción, sino que también previene la formación de moho en caso de que el coliflor no se vaya a cocinar en el momento. En caso de guardarlo, conviene hacerlo en una bolsa perforada o en un recipiente hermético.

Cómo cocinar el coliflor para eliminar su olor fuerte y desagradable
El coliflor tiene varios compuestos azufrados llamados glucosinolatos que, cuando se cocinan, se convierten en isotiocianatos. Eso es justamente lo que le da un olor desagradable, que se hace incluso más fuerte cuando la cocción es extensa. Sin embargo, existen ciertos métodos de preparación que ayudan a combatir ese aroma.
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Coliflor al vapor con hierbas
- Cortar ramilletes del coliflor parejos, con tamaños similares, para que la cocción sea pareja. Lavar sin demasiada agua.
- Poner agua en la olla y poner encima la bandeja de la vaporera, sin que toque el agua. En la base de la vaporera se pueden poner hierbas aromáticas como apio o perejil.
- Distribuir las piezas de coliflor. Es importante que los ramilletes no queden unos encima de otros. Tapar y cocinarlos hasta que se pueda atravesar el tallo con un palillo sin demasiada resistencia.
- El paso final es escurrirlos. Se puede saltearlos con un poco de aceite y pimienta.

Gratinado al horno con queso
- Precalentar el horno a 180 °C.
- Separar cada pieza en ramilletes pequeños y hervirlos entre 10 a 15 minutos en agua con sal.
- Batir 125 mililitros de leche con dos huevos. Agregar 50 gramos de queso rallado y condimentar con sal y pimienta a gusto.
- Poner los trozos de coliflor bien escurridos en una fuente. Cubrirlos con la mezcla y agregarle por encima otros 50 gramos de queso rallado. También se le puede sumar orégano.
- Cocinar en el horno por 20 minutos, hasta que se consiga un dorado parejo, mientras que el interior queda jugoso.



