El croissant es un clásico de la repostería gracias a su masa hojaldrada y su sabor delicado, perfecto para el desayuno o la merienda. Pero cada vez más, las variantes saladas se suman a la mesa, sorprendiendo a los paladares más exigentes.
Una de las ventajas del croissant salado es su versatilidad. Si querés ahorrar tiempo, podés utilizar masa de hojaldre comprada, que facilita enormemente la preparación y permite rellenarlos con una gran variedad de ingredientes: quesos, carnes frías o preparaciones vegetarianas.
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Tres ideas de rellenos innovadores
1. Hummus de remolacha con queso y nueces: esta combinación mezcla sabores dulces y salados de manera espectacular. Es ideal para quienes buscan un toque original y colorido en su mesa.
2. Espinaca y ricota: perfecta para una opción vegetariana. Salteá la espinaca con un poco de ajo y aceite de oliva hasta que pierda el agua, luego mezclala con ricota y un poco de queso rallado. Este relleno ofrece una textura cremosa y saludable. Recomendamos servirlo tibio.
3. Salmón ahumado con crema de queso: para una alternativa sofisticada, untá crema de queso en el interior del croissant y agregá salmón ahumado. Podés sumar alcaparras o cebolla caramelizada para un sabor extra y un contraste exquisito.
Cómo hacer croissant salado
Ingredientes:
- 1 lámina de masa de hojaldre
- 100 g de jamón cocido
- 100 g de queso (cheddar, mozzarella, etc.)
- 1 huevo (para pintar)
Instrucciones:
- Precalentá el horno a 200°C.
- Extendé la masa de hojaldre y cortala en triángulos.
- Colocá una rodaja de jamón y una de queso en cada triángulo.
- Enrollá desde la base formando el croissant.
- Pintá con huevo batido para darle un dorado uniforme.
- Horneá 15-20 minutos hasta que estén dorados y crujientes.



