
Agroindustriales tildan de “soviética” a la Ley de Biocombustibles y piden cambiarla de manera urgente
El titular de CIARA-CEC, Gustavo Idígoras, pidió reemplazar la norma que fue sancionada durante el gobierno de Alberto Fernández.
El titular de CIARA-CEC, Gustavo Idígoras, pidió reemplazar la norma que fue sancionada durante el gobierno de Alberto Fernández.
Con la Provincia como último refugio, el peronismo acelera su ofensiva en medio del desorden económico, la crisis institucional y el avance del escándalo por los audios.
El kirchnerismo se juega su propia supervivencia en las elecciones del domingo de la provincia de Buenos Aires.
La competencia bonaerense se definirá por quien logre desanimar menos a su electorado: el kirchnerismo o el mileísmo. Ninguno de los polos puede evitar mostrar su peor cara y solo confía en que el adversario lo haga todavía peor.
Una vez más el peronismo recurre a sus métodos clásicos: punteros que agitan la calle. Esta vez, lo hace en uno de los pocos bastiones que aún conserva: Lomas de Zamora.
Sin conducción clara ni estrategia electoral, el peronismo navega en la confusión y las peleas internas. Mientras, el Gobierno enfrenta el desafío urgente de mejorar salarios y recuperar el poder adquisitivo.
Tras el cierre de listas, el Presidente quiere ahora convertir las próximas elecciones en un partido de campeonato entre la libertad que él representa, y los privilegios que se disfrazan detrás de la justicia social.
El Presidente se refirió a la polémica por la participación del juez Ernesto Kreplak, hermano del ministro de Salud bonaerense.
El oficialismo nacional lo había utilizado para lanzar la campaña en la Provincia de Buenos Aires. Pese a las críticas, ahora volvió a emplearlo en un mensaje contra Axel Kicillof.
El Ejecutivo busca bajarle el precio al armado federal y apuesta a mejorar el vínculo con los mandatarios provinciales. En cambio, sí cuestionará las ideas de Fuerza Patria.
El oficialismo enfrenta el desafío de corregir errores propios y ordenar sus internas para evitar un retroceso político y el regreso de quienes usaron el Estado como refugio de impunidad.
La vicepresidenta no respondió un mensaje clave del asesor estrella antes de la última sesión del Senado, donde la oposición avanzó sin frenos. En la Casa Rosada cuestionan su falta de alineamiento y la acusan de erosionar la autoridad del Presidente.
El Gobierno sufrió una de sus peores derrotas políticas en el Congreso. Falló la vicepresidente pero también los funcionarios afines. Una historia de enfrentamientos internos y errores no forzados.
Se trata del vehículo de marca Chevrolet y que pertenece a la firma Construcciones S.A., que tendría contratos de obra pública con la municipalidad de Quilmes.
La escena dantesca en el Congreso no fue un hecho aislado, sino parte de una estrategia deliberada. Los K ya no apuestan al debate democrático, sino al desorden y la agitación permanente. La consigna es clara: si no gobiernan ellos, que no gobierne nadie.
Con la inflación en descenso, la nueva demanda de la sociedad no es ideológica. El sueldo no alcanza y el debate que viene no es técnico: es humano. Y el kirchnerismo no es juez, sino responsable.
Mientras los sueldos del personal de salud apenas superan el umbral de la pobreza, los senadores argentinos se lo aumentaron un 931% en dos años. Y todavía tienen el descaro de quejarse.
El Presidente volvió a apuntar contra la gestión anterior. “Es la trampa que han generado los psicópatas kirchneristas”, afirmó sobre la disputa salarial con los médicos.
La locura y la verborragia del Presidente vino a interpelar a todo el sistema político. No es la edad, no es el cansancio, no son las causas: es la sociedad la que les baja la persiana, porque el trámite de jubilación siempre lo hace el pueblo.
Mientras dos egos parecidos se destripan en una guerra caprichosa, Cristina Kirchner disfruta. Y el viejo ladri-progresismo afila el colmillo.