La Fragata Libertad, el buque-escuela de la Armada Argentina, llegó este lunes a Miami en una nueva escala del viaje de instrucción de los futuros guardiamarinas y antes de ser recibida por las autoridades, tuvo un saludo muy especial: un ciudadano argentino la acompañó desde su yate y mientras amarraba le puso el Himno Nacional a todo volumen.
"Fue super emocionante recibir a la Fragata, ver un pedazo de nuestro país en Miami", contó a TN.com.ar Jorge Adrian Gurfinkiel, un argentino que vive desde hace 18 años en Estados Unidos.
"No lo podía creer, la última vez que la había visto fue hace 30 años en Puerto Madero", agregó el hombre que dejó el país en medio de la crisis del 2001 en busca de mejores oportunidades.
En Miami, Gurfinkiel abrió un negocio de alquiler de yates y paseos marítimos. Se enteró de la llegada de la Fragata Libertad por un mail de la Cancillería y junto a un grupo de amigos no se quiso perder la oportunidad de acompañarla desde el mar.
Mientras se acercaban a la ciudad, se le ocurrió saludar a la tripulación con música argentina. "Soy del ‘58, primero le puse música de mi época, Palito Ortega, Sui Generis” y también más reciente como Mariposa Tecknicolor de Fito Páez.
"Pero cuando llegó al puerto me dije hay que tocar algo más serio: le puse el Himno Nacional, la Marcha de San Lorenzo. La gente empezó a aplaudir. Aún se me pone la piel de gallina", contó Gurfinkiel con emoción.
Durante su estadía, hasta el viernes, el buque al mando del capitán de navío Juan Carlos Romay abre sus puertas entre las 14.30 y las 19.30 y Gurfinkiel pudo recorrerla.
"Algunos guardiamarinas nos reconocieron, la fragata es muy linda y su gente también", dijo. Con algunos de los 300 tripulantes, charlaron de la formación que reciben y distintos temas técnicos del barco.
Miami es la undécima escala del viaje de instrucción número 48, que comenzó en Buenos Aires el 17 de agosto pasado y concluirá en Mar del Plata el 25 de enero de 2020.
La Fragata está amarrada en el Maurice Ferré Park, a orillas de la Bahía Vizcaína, hasta el 6 de diciembre, cuando zarpará rumbo a Bridgetown (Barbados) y Gurfinkiel prometió volver a subirse a su barco para despedirla.
