Fernando vive en España desde hace 20 años. Tiene esposa, dos hijos chiquitos y una deuda que acaba de contraer para salvar un reencuentro. Lo hizo por cuidar a su madre, una mujer de 90 años que lo esperaba en Buenos Aires con la mesa puesta y los días tachados en un calendario. Ahora están todos juntos, pero el precio del abrazo fue mucho más alto de lo que imaginó.
A fines de 2024, Fernando había comprado cuatro pasajes aéreos a través de una supuesta promoción que ofrecía vuelos internacionales a mitad de precio. Cada ticket le costó 900 dólares. La operación se hizo por teléfono, sin recibos ni confirmaciones.
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¿El contacto de Fernando? Karyna, una mujer recomendada por conocidos argentinos en España que habían volado antes sin inconvenientes. Hoy, la principal implicada está internada en el Sanatorio de La Providencia, acusada de haber montado una red fraudulenta que ya dejó más de 300 víctimas sin viajar, y sin dinero.
“Me lo contó la madre de un compañerito del colegio de mi hijo. Me dijo que era un sistema especial que usaban empleados de aerolíneas. Yo quería viajar a Argentina para sorprender a mi hermano en su cumpleaños número 50, pero sobre todo para que mi mamá pudiera conocer a sus nietos. Nunca los había abrazado. Nunca”, le cuenta Fernando a TN.

Después de hablar con Karyna por teléfono, el hombre concretó el pago por 3600 dólares en efectivo. Como el viaje era familiar, ella le sugirió pagar un extra para seleccionar los asientos. Fernando aceptó. Todo parecía resuelto.
Como si fuera poco su madre, desde el otro lado del océano, llevó la plata en efectivo a la casa de Karyna y empezó a preparar todo para recibir a su familia.
Pero los pasajes nunca llegaron.
“Lloré toda la noche, no sabía cómo decírselo”
“Fue devastador. Cuando empecé a ver en las noticias que había una estafa, que muchas personas se habían quedado sin viajar, sentí un vacío... Karyna ya no contestaba los mensajes. Me sentí un idiota -dice Fernando-. Mi mamá me mandaba mensajes contándome que ya tenía el cuarto listo para los chicos. Me partía el alma. ¿Cómo le explicaba que nunca íbamos a llegar?”.
La única opción que encontró fue la más dolorosa, pero también la más fiel a su promesa: sacó un crédito personal y pagó 9000 dólares para comprar nuevos pasajes por la vía tradicional. No quería que su madre pasara otro año más sin conocer a sus nietos. No podía dejarla mirando el reloj.
Una estafa en cadena y una causa judicial en marcha
La historia de Fernando es una entre más 300. La Justicia investiga desde hace días a Karyna, señalada como la presunta cabeza de una estafa masiva con vuelos internacionales. Según la hipótesis del caso, ofrecía pasajes a precios promocionales aprovechando supuestos beneficios para familiares de empleados de compañías como Iberia o Lufthansa.
La modalidad era siempre similar: contacto por recomendación, pago en efectivo, sin facturas ni comprobantes de reserva, y promesas de confirmación “en las próximas semanas”. A muchos nunca les llegó el ticket. Otros directamente quedaron varados en Europa sin pasaje de regreso.
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La causa está radicada en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°57, donde ya se acumulan más de 300 denuncias.
La investigación sigue en curso, mientras Karyna permanece internada en una clínica privada en el barrio porteño de Monserrat. Su defensa evalúa presentar un pedido de inimputabilidad por razones psiquiátricas, algo que para los damnificados huele más a estrategia que a colapso emocional real.
“Sabía perfectamente lo que hacía -dice Fernando-. Nos decía que confiemos, que era todo legal. Me arruinó el viaje pero no la vida. Esa se la gané yo: en el abrazo de mis chicos con mi vieja”.