Las cocinas profesionales son espacios en los que se manipulan grandes volúmenes de alimentos diariamente. En los restaurantes, mantener la frescura de frutas y verduras no solo es una cuestión de sabor y presentación, sino también de economía y seguridad alimentaria. En ese contexto, estos negocios gastronómicos desarrollaron trucos simples y efectivos que permiten prolongar la vida útil de sus productos sin necesidad de recurrir a conservantes artificiales. Por supuesto, estos consejos se pueden replicar en el hogar para obtener resultados similares.
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Uno de los métodos más difundidos, y que también puede ponerse en práctica fácilmente en casa, consiste en sumergir frutas y verduras en agua con vinagre antes de guardarlas. Esta técnica, sencilla y natural, no solo ayuda a conservarlos mejor, sino que también cumple una función higiénica al reducir la presencia de bacterias y residuos invisibles. Los restaurantes también utilizan un impensado truco que incluye la utilización de papel de cocina.
Papel de cocina, la clave para conservar frutas y verduras
Pocos hubieran imaginado que el rollo de cocina puede tener un rol tan preponderante en la conservación de frutas y verduras. No obstante, es muy utilizado en las cocinas de muchos emprendimientos por su sencillez y resultados satisfactorios. Esta estrategia, que cuenta con el respaldo de nutricionistas y expertos en almacenamiento de comida, consiste en usar el papel como una especie de esponja que absorba la humedad de los alimentos.

Las frutas y verduras, por lo general, son ricas en agua, lo cual las hace extremadamente vulnerables al paso del tiempo. Si se las guarda en condiciones poco recomendables, como ambientes muy húmedos o con escasa ventilación, el agua que las compone comienza a acumularse y, en contacto con el entorno, acelera el deterioro.
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Los especialistas explican que alcanza con colocar algunas hojas de papel absorbente en la gaveta inferior de la heladera o simplemente con envolver cada pieza antes de guardarla. De esta manera, se crea un espacio más seco y estable, lo cual ralentiza el proceso de maduración. Para frutas más pequeñas, como frambuesas, arándanos o uvas, es posible colocarlas en un tupper previamente recubierto por dentro con esas servilletas.
Vinagre y agua, otra clave de los restaurantes
Además del truco anterior, hay otro secreto que los restaurantes atesoran para que sus alimentos se mantengan frescos por más tiempo, y tan sólo consiste en preparar una solución con una parte de vinagre blanco y tres partes de agua. Las frutas y verduras se sumergen en este líquido durante cinco o diez minutos, luego se enjuagan con agua potable y se secan bien antes de guardarlas. Esta técnica tiene varios beneficios comprobados:
- Elimina bacterias y residuos de pesticidas en la superficie de los alimentos.
- Retrasa la aparición de moho, especialmente en frutillas o uvas.
- Mejora la conservación al reducir la humedad acumulada en la piel de los productos.

Aunque parezca una solución casera, su eficacia fue respaldada por especialistas en higiene alimentaria. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), el vinagre tiene propiedades antimicrobianas que ayudan a reducir la carga bacteriana en frutas y verduras, aunque no sustituye el lavado con agua potable.
Este método es especialmente útil para alimentos que suelen estropearse rápido, como lechugas, espinacas o tomates cherry. Luego de lavarlos con esta solución, lo ideal es conservarlos secos, en recipientes herméticos o con papel absorbente en la base para controlar la humedad. Así, pueden mantenerse frescos hasta el doble de tiempo que si no se ejecutara ningún tratamiento previo.