Dormir con la luz encendida puede parecer un hábito inofensivo, pero este comportamiento puede estar vinculado a varios factores emocionales, psicológicos y fisiológicos que ofrecen pistas sobre el estado mental y las necesidades, según la psicología.
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Sensación de seguridad y control
Para algunas personas, la luz encendida funciona como un mecanismo de seguridad. Esta necesidad puede remontarse a la infancia, cuando temer a la oscuridad era una forma de protección ante lo desconocido. En la adultez, puede reflejar un deseo de controlar el entorno o una manera de lidiar con miedos residuales, como la ansiedad ante el silencio o la soledad nocturna.
Estrés y ansiedad
Dormir con la luz encendida también puede ser un indicador de niveles elevados de estrés o ansiedad. Las personas que experimentan miedo a la oscuridad o que tienen pensamientos intrusivos al irse a la cama pueden recurrir a la luz como un recurso tranquilizador. Según estudios, la luz emite una sensación de compañía y reduce la percepción de vulnerabilidad, lo que ayuda a calmar la mente.
Impacto en el descanso
Desde el punto de vista fisiológico, la exposición a la luz durante la noche puede interferir con la producción de melatonina, la hormona responsable de regular el sueño. Esto puede provocar que las personas que duermen con la luz encendida tengan ciclos de descanso menos profundos, lo que a su vez afecta su energía y concentración durante el día.
Una posible conexión emocional
Dormir con la luz encendida también puede estar relacionado con una necesidad emocional de compañía o una forma de combatir sentimientos de tristeza o soledad. En algunos casos, esta práctica puede ser un indicador de una mayor sensibilidad emocional o de inseguridades latentes que afloran durante la noche.
Cómo manejar este hábito
Si bien no siempre es perjudicial, mantener este hábito de forma constante puede afectar la calidad del sueño. Los psicólogos recomiendan explorar las causas subyacentes, como posibles miedos o niveles de estrés, y transitar hacia formas más saludables de encontrar calma, como el uso de luces suaves, música o técnicas de relajación antes de dormir.