La desnutrición infantil es uno de los grandes flagelos de Argentina. A causa de ella mueren un promedio de 5 personas por día desde hace 60 años. De acuerdo al último informe del Observatorio de la Deuda Social, el 48% de los chicos argentinos es pobre. Puesto en cifras, existen 1.209.345 menores a 4 años en situación de pobreza.
La buena alimentación es algo fundamental para un niño porque se tienen 1000 días contemplados desde la concepción hasta los primeros 2 años para lograr un pleno desarrollo cerebral. Al no tener defensas, el menor puede contraer infecciones, neumonía, meningitis o gastroenterocolitis y morir.
La desnutrición también puede generar problemas psiquiátricos, anatómicos, funcionales, bioquímicos, eléctricos y un bajo coeficiente intelectual (un promedio de 70), que lleva al chico a tener malos resultados académicos que pueden traducirse en un abandono de los estudios. En resumen, afecta al óptimo crecimiento de cada persona.
En una conferencia de prensa realizada en la Academia Nacional de Educación, el médico, economista e investigador Fernando Mönckeberg, quien logró erradicar la desnutrición infantil en Chile, expuso los factores principales del éxito que tuvo en su país. Entre ellos mencionó especialmente el desarrollo de una estrategia multicausal para proteger a los niños en los primeros años de vida.
Mönckeberg se mostró optimista que su método tenga éxito en este país. “Si se pudo en Chile, no me cabe duda que en Argentina se pueda”, aunque advirtió que “es un proceso largo y los resultados son transgeneracionales”.
El investigador destacó la importancia de la nutrición y la educación para el desarrollo personal, comunitario y nacional, que puede lograrse con la colaboración de los distintos sectores de la sociedad: el Estado, el mundo empresarial y la sociedad civil. Asimismo, consignó que una sana nutrición, estimulación y educación familiar son claves para superar la desnutrición infantil. Durante la conferencia, estuvo acompañado por el Dr Abel Albino, su discípulo, miembro de número de la Academia Nacional de Educación y Presidente de CONIN Argentina.
“El Grupo de Reflexión, Educación y primera Infancia de la Academia Nacional de Educación se propone fundamentar, con un enfoque interdisciplinario, una Política de Estado donde el cuidado de los niños desde su nacimiento y con una adecuada nutrición, afecto y formación familiar implique no sólo anticiparse a problemas posteriores en la educación como deserción, repitencia o sobreedad, sino también generar las condiciones para optimizar y perfeccionar todo el proceso del sistema educativo”, consignaron desde la institución.
// La lucha contra la desnutrición en la Argentina
De las lecciones Mönckeberg se extrae que con cerebros intactos y educados es posible el desarrollo. Por un lado se tiene que prevenir, educar a las madres y a las familias, para que “nutran” a sus hijos desde su concepción. Y por otro, hay que poder alimentar, estimular y recuperar al desnutrido para que pueda logre llegar en las mismas condiciones que los infantes que no padecieron esta falta.
La Metodología CONIN desde hace 44 años en Chile y 24 en Argentina trabaja en eso y ha recuperado más de 136 mil niños entre ambos países. Según la Fundación, el tiempo que se necesita para erradicar la desnutrición es una generación. En la Provincia de Salta, en sólo dos años de trabajo con el Estado se logró bajar 4 puntos este indicador.