La princesa Diana de Gales, conocida como "Lady Di", fue admirada por varias razones pero, sin lugar a dudas, una de las más destacables fue su enorme carisma. Su belleza particular la llevaron a conquistar los corazones de todo el mundo.
Ahora el cocinero Darren McGrady, un ex chef que trabajó para la monarquía durante 20 años y siguió al servicio de Diana después de su separación no oficial de Charles en 1993, reveló varias de las mañas de la princesa y los platos favoritos de sus hijos, el Príncipe Harry y el Príncipe William.
Según McGrady le contó al Daily Mail, Diana prefería no comer carnes rojas y trataba de llevar una alimentación baja en carbohidratos. “Ella me decía: ‘vos encargate de la grasa, yo me encargaré de los carbohidratos en el gimnasio”, explicó el cocinero.
Sus platos de preferencia eran pollo, papas con paprika y claras de huevo. Y si bien se empeñó en mantener una dieta saludable también tenía su caprichos. Adoraba el pudín de pan y mantequilla y los morrones rellenos.
Eso sí, esas elecciones las guardó para cuando estaba en privado. Es decir, cuando había banquetes en el palacio ella comía lo mismo que el resto de los invitados.
Por su parte, los príncipes sentían debilidad por el flan de banana y por el famoso shepherd’s pie, un plato tradicional británico consistente en una capa de carne de cordero picada y recubierta de puré de papa y opcionalmente de una capa de queso. También amaban la pizza, los palitos de pescado y pieles de patata rellenas con mozzarella, como cualquier chico.
Otro dato curioso que reveló el chef es que no había una persona encargada de probar la comida primero antes de que se la sirvieran a los miembros de la realeza. “Nosotros hacíamos 150 ensaladas y ella elegía una. Así que teníamos que asegurarnos que cada una fuera perfecta”, afirmó.
