Actualmente circula una amplia cantidad de información sobre alimentación que, en gran medida, se orienta a mejorar la calidad de vida de las personas.
Entre las distintas recetas y sugerencias alimentarias que circulan, se incluye el consumo de alimentos “light” como sinónimo de una nutrición más saludable.
“No es en realidad estrictamente así”, adelanta Flor Zappalá (M.N. 9.857), licenciada en nutrición y residente de nutrición en el Departamento de Alimentación y Dietética del Hospital de Clínicas.
Leé también: Cuáles son las diferencias entre alimentos diet, light y zero
“El Código Alimentario Argentino define a los alimentos ‘dietéticos’ como aquellos cuya composición ha sido modificada y que se encuentran destinados a satisfacer necesidades particulares de nutrición y alimentación de determinados grupos poblacionales. Por este motivo, no son necesariamente productos reducidos en su valor calórico, sino que pertenecen a esta categoría también los alimentos libres de gluten, los fortificados con algún nutriente particular o las fórmulas infantiles”, precisa.
Qué es un producto light
En el caso del término “light”, es utilizado para nombrar productos en los cuales se ha reducido el aporte de un nutriente particular o el valor energético, de modo que esto no implica necesariamente que sea reducido en calorías, ya que “el aporte de las mismas puede ser igual o mayor”, señala la especialista y ejemplifica: “Algunos productos pueden ser ‘light en grasas’, pero tener a su vez un incremento en el aporte de hidratos de carbono respecto a la versión original”.
“En aquellos casos que no existe una indicación puntual que justifique su consumo, no es necesario preferirlos sobre otros alimentos”, advierte.
La base de una alimentación equilibrada
La base de una alimentación equilibrada se apoya en el consumo de alimentos naturales: vegetales, frutas, cereales preferentemente integrales, legumbres, lácteos, carnes y huevos, aceites, semillas y frutos secos. Sobre la misma, uno puede incorporar los llamados ‘alimentos de consumo opcional’ los cuales tienen mayor aporte de grasas, azúcares, sal y distintos aditivos, que si bien no son catalogados como ‘sanos’, culturalmente son percibidos como alimentos ricos y deseables.
“Muchas veces los productos ‘light’ debido a su composición total están incluidos en esta última categoría, por ende el consumo de productos ‘light’ por sí solos, no genera beneficios en la salud”, destaca la profesional.
Siguiendo esta línea, aclara que en algunas situaciones puntuales, la indicación del consumo de estos productos está justificada a partir del diagnóstico de una enfermedad o por presentar una condición particular.
Cuándo se recomienda el consumo de productos light
“En el caso de las personas con diabetes, productos donde el azúcar se reemplaza por otro endulzante es beneficioso, lo mismo ocurre con personas que requieren disminuir la ingesta de grasas y optan por productos descremados”.
No obstante, advierte que los alimentos “light” siempre se deben incorporar en el marco de una alimentación completa y variada debido a que su rótulo genera muchas veces que se consuma una porción superior, únicamente por el efecto placebo de considerar que los mismos no engordan, ignorando la composición total de ese alimento, más allá de las calorías.
Cabe resaltar que muchos de los alimentos “light” no dejan de ser ultraprocesados, es decir, productos fabricados por la industria que contienen grasa, aceite, sal, azúcar, edulcorante y distintos aditivos.
Estos últimos modifican el color, el sabor, el gusto y la textura del producto final. Además, se caracterizan por presentar una extensa lista de dichos ingredientes en el etiquetado nutricional.
En resumidas cuentas, Zappalá indica que “aportan nutrientes y químicos agregados que no deben consumirse excesivamente, por lo cual se recomienda evitar su ingesta habitual”.
Teniendo en cuenta estos puntos, ¿a qué se debe la promoción y el crecimiento insistente de estos productos en el mercado?
“En una sociedad donde existe tanta presión sobre la imagen corporal y se ha instalado la cultura de la dieta, estos productos se muestran como muy atractivos y necesarios para lograr el tan deseado descenso de peso corporal. Es importante contar con información completa sobre los productos que elegimos y consumimos, así como aprender a realizar una lectura correcta del etiquetado nutricional”, aconseja.
“Se recomienda optar siempre por una alimentación natural, con un consumo de productos procesados y ultraprocesados ocasional. Los licenciados en Nutrición son los profesionales idóneos para brindar acompañamiento e información verídica en este proceso”, concluye la experta.