Fatiga, fiebre que no baja, infecciones a repetición, moretones o sangrado sin causa son síntomas algo inespecíficos, pero podrían, eventualmente, ser manifestaciones de una leucemia y, más específicamente, de la mieloide aguda (LMA), que es la más frecuente en adultos.
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“La dificultad con estos signos y síntomas de leucemia es que algunos son poco específicos, confundibles con otros cuadros y es poco probable que hagan que la persona vaya a la guardia a hacerse estudios. Por eso, las oportunidades de concientización tienen que contribuir, justamente, a que la comunidad pueda identificar aquello que oriente a la detección y la gente vaya al médico. Luego, allí se confirmará o no el cuadro con un análisis de sangre y estudios específicos, pero es importante no dejar pasar tiempo valioso para intentar controlar la evolución de estas enfermedades”, sostuvo la doctora Beatriz Moiraghi (M.N. 67.626), médica de planta del Hospital Ramos Mejía.
Qué es la leucemia
La leucemia es un grupo de enfermedades oncohematológicas que se originan en las células primitivas productoras de glóbulos blancos. Se dividen en agudas (que se desarrollan rápidamente) y crónicas (que lo hacen lentamente) y, a su vez, en mieloides y linfoides, según el tipo de glóbulo blanco. Cada una tiene diferentes abordajes terapéuticos y pronósticos.
“La leucemia linfoblástica aguda es el tipo de cáncer más común durante la niñez”, aclara el doctor Guillermo Drelichman (M.N. 56.803), hematólogo pediatra y agrega que en la Argentina hay muchísimos centros y experiencia en tratar a personas con leucemia. Tambien hay experiencia en trasplante de médula, pero no todos los pacientes con este diagnóstico lo precisan.
“El rango normal de glóbulos blancos en hemograma es de 4 mil a 11 mil por cm3. Obviamente que a un hallazgo de más o de menos es necesario estudiarlo a fondo. Hay infinidad de causas que alteran un hemograma”, advierte Miriam Méndez (M.N. 114.480), jefa del Banco de Sangre del Hospital Alemán, especialista en Hemoterapia e Inmunohematología.
Las últimas décadas fueron sumamente prolíficas en términos de innovación para el manejo de todas las leucemias.
“Tras el diagnóstico, el tratamiento debe iniciarse idealmente dentro de los pocos días posteriores, mientras que los tiempos del Estado, de las obras sociales y de las prepagas muchas veces se miden en semanas. En esta enfermedad, el paciente no tiene ese tiempo de espera, la vida se le escurre de las manos si no recibe a tiempo el tratamiento para frenar la multiplicación descontrolada de células malignas, eliminar las existentes, lograr la remisión completa y esperar a que ésta no regrese”, remarca Fernando Piotrowski, Director Ejecutivo de la Asociación Leucemia Mieloide Argentina (ALMA).