Comer forma parte de nuestra vida, pero muchas veces tenemos poco tiempo para poder hacerlo, eso nos lleva casi a engullir para poder terminar lo antes posible y abarcar todo lo que debemos hacer de acuerdo a nuestra agenda. Sin embargo, esto puede ocasionar diversos inconvenientes en la salud.
Si bien hay personas que están acostumbradas a comer despacio, muchas veces en familia, como parte de un estilo de vida saludable, otros también almuerzan o cenan en compañía, pero lo hacen de forma rápida y, a veces, también como un mero trámite.
Sentarse, masticar bien, elegir alimentos saludables, comer en familia, todos estos factores influyen en nuestra alimentación aunque no seamos conscientes de ello y Clara Joaquím, endocrinóloga del Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, explicó: “Una alimentación saludable no depende únicamente de los alimentos que componen nuestro menú, sino también del tiempo que invertimos en comerlos y cómo lo hacemos”.
Además, el hecho de cocinar en casa y asegurar que la composición nutricional de los platos es la adecuada, ayudará a inculcar estilos de vida saludables en los más pequeños.
Comer rápido versus comer despacio
Una vez que hemos elegido los mejores alimentos que debemos consumir a diario, tenemos que tener en cuenta que la alimentación comienza por la masticación, que implica triturar los alimentos hasta que formen una papilla.
“En la masticación las enzimas que se encuentran en la saliva facilitan la lubricación y la formación del bolo alimenticio, lo que favorecerá la digestión en general”, señaló Patricia Vilca, dietista-nutricionista y miembro del Grupo de Trabajo de Dietoterapia de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo).
Las especialistas coinciden en que, al comer rápido, muchas veces no se mastican bien los alimentos, lo que hace que muchos pasen casi enteros al estómago, lo que ralentiza la digestión y hace que no obtengamos todos sus beneficios, como ocurre en el caso de los cereales de grano entero, que se eliminan por las heces.
Vilca indicó que, además de comer despacio como una forma de reflejar un momento de relajación, es muy importante comer pequeñas porciones: “Si además de comer rápido lo hacemos con bocados grandes será más difícil la masticación y podemos correr el riesgo de atragantamientos”, dijo.
Comer rápido, digestiones lentas
En el caso de las personas que coman rápido, la digestión será más pesada y esto puede provocar la aparición de molestias. “No masticar adecuadamente puede derivar en aerofagia, un fenómeno producido por la ingesta excesiva de aire que provoca hinchazón, eructos, gases e incluso dolor en los casos más graves. Además, si los alimentos que contienen azúcares, como la pasta, el arroz o la fruta, no se absorben adecuadamente pueden fermentar, provocando malas digestiones”, expresó Joaquím.
En el caso de que haya alguna enfermedad digestiva, como la malaabsorción de alimentos, reflujo gastroesofágico, úlceras, gastritis, flatulencia o pirosis, comer rápido influirá negativamente y hasta podría empeorarlas.
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Según un estudio de la Universidad de Hiroshima, en Japón, publicado en Circulation, las personas que comen rápido tienen 5,5 veces más de riesgo de desarrollar síndrome metabólico -un conjunto de enfermedades que incluyen obesidad abdominal, hipertensión, triglicéridos altos, diabetes y colesterol bueno (HDL) bajo.
“Este síndrome aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca, ictus y diabetes tipo 2. Los investigadores del estudio japonés siguieron a más de 1.000 personas durante 5 años y comprobaron que desarrolló síndrome metabólico el 11,6% de los participantes que comían rápido frente al 2,3% de los que lo hacían despacio”, manifestó Joaquím
Comer rápido engorda más
Tal como oímos muchas veces, comer rápido hace que ganemos más peso y esto se debe a que no mantener los alimentos en la boca más que un corto período hace que no los saboreemos bien, lo que lleva a elegir comidas con más grasa, sal y azúcar.
Más allá de lo que elijamos, aunque optemos por comidas más saludables, la hormona leptina, encargada de avisar al cerebro de que ya estamos satisfechos, tarda un tiempo en ponerse a funcionar. Esto hace bastante probable que comamos más hasta que nos demos cuenta de que hemos comido suficiente.
“Comer lo mismo en menos tiempo nos saciará menos, por lo que tendremos que ingerir más comida hasta sentirnos llenos. Se ha comprobado científicamente que las personas que comen rápido tienen un índice de masa corporal (IMC) más elevado”, añadió Joaquím”.
Consejos para comer más despacio
Comer con tranquilidad tiene beneficios para la salud y las expertas dieron algunos consejo para llevarlo a cabo:
- Dedicarle tiempo al acto de comer. La comida debe triturarse bien para que los alimentos se digieran bien.
- Llevarse bocados pequeños a la boca, ayudará a masticar mejor y de esta manera haremos que se convierta en un hábito.
- Dejar el cubierto en la mesa cada vez que nos llevemos un alimento a la boca, así haremos pausas entre un bocado y otro.
- No usar platos ni cubiertos grandes. Esto ayuda a tomar raciones más pequeñas.
- El uso de palillos puede ayudar a comer más despacio y a llevarse raciones más pequeñas a la boca.
- No tener conversaciones que causen estrés. Procurar que el ambiente de la comida sea relajado.
- No dejar que pasen muchas horas sin comer para evitar tener mucha hambre.
- Evitar hablar mientras se come.
- Desconectar la televisión y el teléfono móvil para evitar distracciones y ser plenamente conscientes de lo que comemos.