Cuando el COVID-19 apareció, la humanidad se enfrentó a un brote fuera de control, sin vacunas ni terapias. Hoy la situación es distinta frente a la viruela del mono, aún cuando los funcionarios de salud digan que la inmunización masiva no es necesaria ya.
La evidencia hasta ahora muestra que el virus se está propagando localmente en algunas regiones, y los casos no están estrictamente vinculados a los viajes internacionales.
Leé también: Si te diste la vacuna antivariólica, estás protegido contra la viruela del mono en un 85 por ciento
Fabricada por la compañía danesa Bavarian Nordic y llamada Jynneos, la vacuna contra la viruela del mono utiliza una versión viva del virus de la viruela que fue diseñada para que no pueda replicarse en el cuerpo o causar infección, pero aún puede activar el sistema inmunológico para montar defensas contra los virus de la viruela y la viruela del mono para proteger a las personas de infectarse.
Según estudios realizados entre personas que fueron vacunadas en África, donde el virus ha circulado durante años, dos dosis de la vacuna, administradas con 28 días de diferencia, fueron hasta un 85% efectivas para proteger a las personas de contraer la viruela del mono. En 2019, fue aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para proteger contra la viruela y la viruela del mono.
Quiénes deberían vacunarse contra la viruela del mono
Los estadounidenses no se vacunan rutinariamente contra esta enfermedad. Pero en noviembre de 2021, el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) dentro de los CDC consideró la cuestión de quién debería ser inmunizado contra la viruela del mono, ya que los casos en los Estados Unidos han ocurrido después de que las personas viajaron a áreas en África donde la enfermedad es endémica.
Después de analizar los estudios disponibles, el ACIP recomendó que aquellos con mayor riesgo de exposición e infección, incluidos los científicos que trabajan en laboratorios que estudian el virus de la viruela del mono, los socorristas que pueden tratar esos casos ocupacionales y los trabajadores de la salud que atienden a pacientes infectados, deben recibir la vacuna.
“El ACIP hizo un muy buen trabajo al considerar a todas las diferentes poblaciones que podrían tener riesgos ocupacionales de exposición [a la viruela del mono]”, dice Brett Peterson, subjefe de la rama de virus de la viruela y rabia de los CDC. Pero, sostiene, eso fue antes de los grupos actuales de casos, y los miembros del comité se centraron principalmente en la mejor manera de proteger a las personas con alto riesgo ocupacional de infectarse, ya que no había un peligro significativo de casos en la población en general.
Dados los últimos acontecimientos, esa recomendación podría modificarse antes de su publicación para proporcionar orientación adicional sobre la mejor estrategia para vacunar a otras personas que podrían estar expuestas si surgen más casos.
“Probablemente sea necesario hacer un llamado para que los CDC publiquen las decisiones que el ACIP tomó sobre el uso de la vacuna contra la viruela del mono, dados los casos recientes”, dice el doctor David Freedman, profesor emérito de enfermedades infecciosas en la Universidad de Alabama en Birmingham y presidente electo de la Sociedad Americana de Medicina Tropical e Higiene.
La Organización Mundial de la Salud informa que en 12 países se han confirmado 92 casos en esta reciente aparición del virus, y aún se están investigando 28 posibles casos. Lo que alarma a los funcionarios de salud pública sobre los recientes brotes es que la viruela del mono generalmente no es común ni se sabe que circule en estas naciones; es endémica en partes de África central y occidental, pero no en las naciones europeas y norteamericanas, incluido Estados Unidos, que actualmente están viendo un aumento en las infecciones.
