La disparada de casos positivos de coronavirus en la Argentina y en el mundo debido al avance de la Ómicron y la prevalencia en el país de la temida Delta, no da respiro. Si bien la variante sudafricana es considerada más contagiosa, expertos aseguran que es mucho más leve que la inglesa y que no genera grandes complicaciones en los vacunados.
No obstante, y pese a la evidencia científica que sugiere que la nueva variante es más transmisible, pero al mismo tiempo más débil que las anteriores (se registraron bajas tasas de internaciones y muertes en el mundo), la gente tiene miedo.
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Eso quedó demostrado en la última encuesta del Programa de Estudios de Opinión Pública (PEOP) de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), realizada a 600 personas mayores de 16 años, residentes del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires).
Los resultados arrojaron que el 52,1% de los encuestados le tiene “bastante y mucho miedo a la variante Ómicron”. Más del 70% afirmó además conocer algún caso de covid positivo en su entorno, pero pese a eso, el 56,4% reconoció que se cuida “igual que antes”, es decir, que al comienzo de la pandemia. Otro dato revelador es que, pese al temor por contagiarse, el 72,5% no se hisopó antes de las fiestas de fin de año.
Poco más del 87% cree que “la sociedad se relajó entre mucho y bastante” en estos días de mayores contagios a nivel país. Un 71% se mostró a favor de que la vacuna del covid sea obligatoria y menos de la mitad (48,9%) considera que en un año tendremos la vida igual que en la prepandemia.
Tercera ola de coronavirus: por qué no hay que entrar en pánico
Pese al aumento de casos de estrés generalizado, depresión y angustia que vivió en estos dos últimos años gran parte de la sociedad, los expertos intentan llevar cierta calma a la población global mediante datos concisos. Si bien sugieren que el covid nunca va a desaparecer totalmente, creen que la debilidad de la variante Ómicron puede estar marcando el final del túnel del SARS-CoV-2.
“Las pandemias suelen tener fin, incluso con este coronavirus que con la aparición de sus variantes parecería eternizarse. Pero no va a ser como apagar una llave de luz: el mundo tendrá que aprender a convivir con un virus que no va a desaparecer”, aseguran los expertos.
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La explicación se basa en que las vacunas ofrecen una fuerte protección contra enfermedades graves, las que no llegarán a ser mortales. La Ómicron no parece ser tan letal como algunas variantes anteriores, como la Delta. Y aquellos que sobrevivan tendrán una protección renovada contra otras formas del virus que todavía están circulando. Para eso, aclaran, la vacunación es clave.
Ómicron: la mirada de infectólogos locales
Es cierto que la altamente contagiosa Ómicron ha impulsado el número de infecciones a máximos históricos y ha desatado el caos en momentos en que un agotado mundo lucha, nuevamente, por contener su propagación, pero esta vez, no se empezó de cero: gran parte de la población mundial está inoculada y se está avanzando con las dosis de refuerzo.
Sus síntomas son “más leves y moderados” y no se registran altas tasas de hospitalizaciones y muertes debido a esta variante. Además, “8 de cada 10 internados por COVID-19 en la Argentina son personas que no están vacunadas. Así lo aseguró la infectóloga Laura Barcán (M.N. 60.770), miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, que hizo énfasis en la necesidad de convencer a los indecisos y de seguir inmunizando.
Gerardo Laube (M.N. 51.819), infectólogo, pediatra, jefe de guardia del Hospital Muñiz y profesor titular de Infectología de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), explicó las razones científicas por las cuáles la gente debe seguir cuidándose, pero sin entrar en pánico: “Los estudios científicos hasta ahora publicados han demostrado que la Ómicron produce menos complicaciones respiratorias que otras variantes y que no hay tanta necesidad de pacientes que requieran de terapia intensiva, como sí se ha visto en las primeras dos olas”.
El especialista añadió: “Además, un alto porcentaje de la población argentina ya está vacunada contra el covid, con un cierto grado de protección frente al virus. Las vacunas hay que seguir dándolas. Lo ideal es que la mayor cantidad de la población tenga al menos las dos dosis del esquema completo”.
No obstante, para él, las personas con comorbilidades pueden llegar a tener complicaciones que las lleven a una internación y a cuidados más intensivos, pero el porcentaje comparado con lo que se vio durante 2020 y 2021 es “muy inferior”. “Hay que mantener todas las medidas preventivas como el lavado de manos, el distanciamiento, el uso de barbijo en lugares cerrados y la ventilación de los ambientes”, insistió.
“A lo que venimos viendo, la variante Ómicron está demostrando una mayor tasa de transmisibilidad, pero no ha mostrado el compromiso grave que lamentablemente hemos visto durante los años precedentes”, sostuvo.
Por su parte, el infectólogo Antonio Montero (M.P. 8.249) coincidió con lo anterior y concluyó: “Mi opinión y la de otros colegas es que con esta última ola vamos a quedar todos infectados y, por lo tanto, que el virus tendrá muy poco espacio para continuar contagiando a gente no inmunizada. Me atrevería a arriesgar que quedará como una infección endémica, ni más ni menos que el resfrío común o la gripe”.