El 17 de noviembre se conmemora el Día de la Prematurez. Desde 2010, esta iniciativa tiene como objetivo crear conciencia sobre los derechos de los niños y niñas que nacen prematuramente, además de movilizar a todos los actores sociales y a los equipos de salud para garantizar la protección y cumplimiento efectivo de esos derechos.
En 2019, en la Argentina, de 625.441 nacidos vivos, 55.709 nacieron antes de las 37 semanas, lo que representa una tasa de prematurez del 8,9%. La proporción de los prematuros de 34 a 37 semanas es creciente: el 1,1% de los recién nacidos vivos son bebés de muy bajo peso al nacer, con menos de 1500 gramos, según el MSAL Boletín argentino N°163, de 2021.
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“Cuidar para prevenir”
La prematurez es considerada en gran parte como el resultado de diferentes inequidades de acceso a la salud, determinante de la mortalidad infantil en un gran porcentaje y de la discapacidad desde edades tempranas de la vida.
Este año, bajo el lema “Cuidar para Prevenir”, se pone el foco en la prevención, con un abordaje integral, en el marco de la estrategia de los primeros 1.000 días. Se buscará reflexionar a nivel nacional sobre las diferentes políticas públicas implementadas, sobre riesgos que pueden evitarse, con el fin de disminuir la prematuridad y sus secuelas.
Los primeros mil días de vida, desde la concepción hasta los primeros dos años, es la etapa más importante del desarrollo y la que más impacto tendrá en el resto de la vida del individuo. En este período, en el que el aumento en tamaño y la maduración del cerebro son más rápidos que en cualquier otra etapa de la vida, la adecuada nutrición y un entorno favorable son determinantes en el desarrollo de las capacidades futuras de la persona para conocer, analizar y responder al mundo que le rodea.
Las niñas y niños que nacen antes de término están expuestos a complicaciones y morbilidades crónicas asociadas a esta condición, que impactan sobre su salud y calidad de vida durante la niñez y la vida adulta, generando enormes costos físicos, psicológicos y económicos. Por eso es sumamente importante que se controlen con equipos interdisciplinarios de seguimiento, con la finalidad de detectar complicaciones precozmente e indicar tratamiento en forma temprana y oportuna.
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Asistir al prematuro antes, durante y después del parto
Escuchar en un momento de tanta incertidumbre, de angustia ante lo desconocido, la posibilidad de muerte de un bebé, pone en escena la más solidaria de las funciones de la Medicina: la vocación de asistir al más débil. Escuchar a la familia antes del parto, en la neo, en seguimiento, dando lugar a sus inquietudes, acompañando sus angustias, miedos, preocupaciones y desesperanzas. Escuchar sus historias, únicas e irrepetibles, permitirles acompañar a sus hijos todo el tiempo, brindándoles la información adecuada y en forma oportuna. Cuando escuchamos a los padres, también estamos cuidando y haciendo prevención.
Tomando una frase de la Dra. Zulma Ortiz, de su libro Historias Prematuras: “Historias de vida sobreponerse al dolor y luchar por un ser amado es una experiencia de vida que transforma. Cada historia es única, pero todas conforman un conjunto de vivencias y evidencias que reflejan la situación de la prematurez en la Argentina”.
(*) María José Fattore (M.N. 97.813) es pediatra neonatóloga, especializada en seguimiento de recién nacidos de alto riesgo y desarrollo infantil (UBA). Además, es directora general del Centro de Desarrollo Infantil y Estimulación Temprana “El Nido”, Municipalidad de San Isidro.