Cada 23 de julio. se celebra el Día Internacional del Síndrome de Sjögren (SS), una enfermedad reumática, autoinmune y crónica, cuyos síntomas clínicos principales están relacionados con la destrucción de las glándulas exocrinas: se caracteriza por la sequedad ocular, bucal, nasal y vaginal. También es muy frecuente el dolor articular, muscular y el agotamiento, que puede llegar a ser extremo. A pesar de no ser tan conocida en el mundo, esta patología afecta de manera predominante a mujeres.
El oftalmólogo Alejandro Aguilar (M.N.: 71.395), le explicó a Con Bienestar que esta enfermedad del sistema inmunológico “genera anticuerpos contra el propio organismo. Esos anticuerpos invaden y bloquean las glándulas de secreción externas, principalmente las salivales y la lagrimales, produciendo sequedad bucal y ojo seco, típicos del síndrome”.
La sequedad de la boca trae dificultad para tragar, úlceras, inflamación de las encías y deterioro general de la salud dental, con pérdida de las piezas. En ese sentido, el especialista señaló: “Es común la inflamación de las glándulas parotídeas que pueden presentarse hinchadas y dolorosas. En tanto, la sequedad de los ojos se presenta con sensación de cuerpo extraño, arenilla, ardor, quemazón, visión borrosa y de halos de colores. La sequedad ocular afecta principalmente a la córnea, pudiendo provocarle pérdida de transparencia (la córnea es el parabrisas de nuestros ojos) y, de esta manera, alterar la visión. Es también frecuente la sequedad nasal”.
De acuerdo con el especialista, el SS es más frecuente en las mujeres que en los hombres, sobre todo después de los 40 años, y suele asociarse a otras manifestaciones corporales como dolores articulares, febrícula y cansancio. Las mujeres que lo sufren pueden expresar también sequedad vaginal.
En ese sentido, Aguilar sostuvo: “Suele acompañarse de alteraciones de los vasos capilares de manos y pies que se evidencian como cambios en su coloración (azul) ante la exposición al frío. A este fenómeno, se lo denomina Raynaud. Puede producir además alteraciones hepáticas, con agrandamiento de este órgano, y afectar en menor medida a los pulmones y riñones”.
El oftalmólogo, especialista en enfermedades de superficie ocular y expresidente de la Sociedad Argentina de Superficie Ocular, especificó que el Síndrome de Sjögren puede ser primario, es decir, sin otras manifestaciones reumatológicas o asociado a las mismas como la artritis reumatoidea, el lupus, la esclerodermia y la polimiositis, entre otras.
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“Su diagnóstico se realiza por la detección de ojo y boca secos, asociado o no a manifestaciones articulares. Se realizan además exámenes de sangre y se complementa con la biopsia de labio. Para el diagnóstico de ojo seco se realiza un minucioso examen a través de un microscopio denominado lámpara de hendidura, que permite observar el llamado menisco lagrimal, es decir el volumen de lágrimas que se eleva del párpado inferior hacia la córnea y que se distribuye por todo el ojo con el parpadeo”, profundizó.
Además, se realizan estudios complementarios como la medición del tiempo de ruptura del film lagrimal que, en condiciones normales, debe ser mayor a cinco segundos. “Otro estudio utilizado es el test de Schirmer, que consiste en colocar un papel de filtro en el borde del párpado inferior que absorbe lágrimas y así medir la humidificación del mismo en milímetros. Lo normal es más de 10 mm. Existen además estudios más sofisticados que permiten evaluar al film lagrimal en alta definición, así como también exámenes de laboratorio como la citología de impresión o la proteinograma lagrimal”, dijo.
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Por otra parte, el diagnóstico de la sequedad bucal es sintomatológico y se acompaña de la medición del volumen y del flujo de la saliva mediante la xialometría y la xialografía. “Todo esto se complementa con la realización de análisis de sangre para detectar si hay o no autoanticuerpos presentes en el síndrome: Ro o SS-A y La o SS-B. Otro marcador de autoinmunidad es el FAN, que suele presentarse positivo en un alto número de personas que presentan síndrome de Sjögren”, añadió.
En tanto, la biopsia de labio permite detectar el compromiso de las glándulas salivales que han sido invadidas por los autoanticuerpos a través de una célula inflamatoria llamada linfocito. “El tratamiento es sintomatológico, según el órgano afectado, y consiste en el uso de lubricantes artificiales para los ojos y la boca, antiinflamatorios para el manejo de las manifestaciones articulares y otros medicamentos para el control de la autoinmunidad”, concluyó.