Levantarse no siempre resulta sencillo, más aún después de un fin de semana extra largo. Cuando finalmente se reúnen las fuerzas necesarias para incorporarse y empezar el día apoyamos el pie en el piso y, de repente, notamos un fuerte dolor en la planta. Si sucede esto, puede ser que estemos entre el 10 % de la población que padece fascitis plantar.
Esta afección genera principalmente dolor de tipo punzante o ardor en la planta del pie que se localiza donde empieza el arco hasta el talón. La fascitis plantar es más frecuente en la mujer, en las personas con sobrepeso y en quienes practican deportes de forma regular.
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“Casi siempre duele más por la mañana, al levantarnos, ya que la fascia plantar está contraída por el reposo de la noche. Se pasa de una postura de relajación relativa a hacer fuerza de golpe en el momento en el que nos incorporamos. Arranca la molestia cuando se pasa a soportar todo el peso del cuerpo”, puntualiza a Con Bienestar el doctor Fernando Troilo (M.N. 91.741), especialista en cirugía de pierna, tobillo y pie.
A medida que nos movemos, el dolor por lo general disminuye, pero puede reaparecer después de largos períodos de estar parados o cuando nos levantamos después de estar sentados.
La fascitis plantar puede ser causada por diversos hábitos. Uno de ellos es el uso de tacos altos, por eso se suele presentar más en mujeres. Este tipo de calzado acorta el tendón de Aquiles y al sacárselo, se genera un cambio de posición en el pie que puede derivar en un fuerte dolor.
Otra razón por la que la fascitis plantar es más frecuente en las mujeres es que puede aparecer en el embarazo. El aumento de peso sobreexige la afagia plantar, que es lo que mantiene el arco del pie.
Además, durante el embarazo se liberan hormonas como las relaxinas, que permiten que la pelvis se pueda distender para poder permitir la salida del bebé y reblandece la parte de los ligamentos.
Por otro lado, el exceso de actividad o cambios en el entrenamiento también causa la afección. Sobreexigir el cuerpo provoca pequeñas lesiones dentro del tendón de Aquiles. Al contrario de lo que se cree esta dolencia no es exclusiva de los corredores, sino en todos aquellos deportes que impliquen velocidad.
El tratamiento de esta afección incluye fisioterapia, plantillas ortopédicas, inyecciones de esteroides y hasta cirugía, dependiendo de los casos. Por eso, lo recomendable es consultar con un especialista.
La prevención es posible
Hay formas para poder prevenir la aparición de fascitis plantar. Una de ellas es mantener un peso adecuado a través de una correcta alimentación y una vida alejada del sedentarismo.
“Se pueden alternar las caminatas con otras actividades deportivas como bicicleta o natación y así se reduce la presión sobre el pie. Otra opción es correr por superficies blandas, llanas y hacer ejercicios de elongación muscular de forma regular”, aconseja Troilo.
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Una vez se finaliza la actividad, es recomendable hacer estiramientos para evitar lesiones y, dentro de esa costumbre, se debe incluir masajear la zona plantar.
Por otro lado, es aconsejable usar calzado adecuado. “Para elegirlo debés consultar al traumatólogo, deportólogo o rehabilitador después de realizarte estudios de marcha (baropodometría). Ni el técnico que lleva adelante la prueba ni un vendedor están capacitados ni técnica ni legalmente para asesorarte”, precisa el especialista.
