El estudio se basó en muestras de semen de más de 20 mil varones de 18 a 60 años. A la luz de los resultados que arroja, la mejor recomendación general sería mantener un peso saludable para presentar una buena calidad del esperma sin aumentar el riesgo cardiovascular.
El estudio, publicado en la revista “Reproduction, Fertility and Development”, se basa en evidencias convincentes: el análisis de las muestras de varones atendidos en el Laboratorio de Andrología y Reproducción de Córdoba entre 2006 y 2017.
El estudio fue liderado por Carolina Martini, del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (INICSA), que depende de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y del CONICET. Y propone una herramienta predictiva de anormalidades del semen en función del peso de los pacientes “que podría ser de utilidad para los andrólogos”, sostuvo Martini a la Agencia CyTA-Leloir.
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Los voluntarios del estudio fueron varones miembros de una pareja que consultaba por infertilidad. Los investigadores pusieron atención en la incidencia del índice de masa corporal o IMC, una medida antropométrica que relaciona el peso y la altura de un individuo.
Según el valor que arroja este índice, se clasifica a las personas como de bajo peso (IMC menor a 18,5), de peso normal (IMC entre 18,5 y 25), con sobrepeso (IMC entre 25 y 30), con obesidad (IMC entre 30 y 40) o con obesidad mórbida (IMC mayor a 40-45).
En paralelo, mediante estudios celulares y bioquímicos, los autores evaluaron la calidad del semen de los pacientes, que es uno de los factores que influyen en la fertilidad. Y constataron que las alteraciones se presentaban con mayor frecuencia entre quienes tenían bajo peso u obesidad, sobre todo mórbida (exceso de más de 45 kilos al peso saludable).
“Cabe aclarar que estos resultados se refieren solo a la calidad espermática y no hemos evaluado en este estudio otras variables reproductivas, tales como las concentraciones de hormonas sexuales o la fertilidad de los pacientes”, indicó Martini, que también integra el Instituto de Fisiología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC. Tampoco se evaluaron variables metabólicas o cardiovasculares.
Del estudio, también participaron otros investigadores del INICSA (CONICET/UNC), del Instituto de Fisiología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC, del Centro Integral de Ginecología, Obstetricia y Reproducción de Córdoba (CIGOR) y del Laboratorio de Andrología y Reproducción de Córdoba (LAR): Nicolás Ramírez, Rosa Molina, Andrea Tissera, Eugenia Luque, Pedro Torres, Santiago Bianconi, Fernando Beltramone, José Sad-Larcher, Gustavo Estofán y Arnaldo Mangeaud.