La dermatitis atópica -con distintos niveles de severidad- es una de las enfermedades inflamatorias de la piel más frecuentes. Genera síntomas debilitantes como piel seca, picazón intensa y persistente, enrojecimiento, costras y secreciones. Este nuevo grupo, integrado por 17 referentes de hospitales públicos y privados de Capital, GBA, La Plata, Córdoba y Rosario, tendrá a su cargo desarrollar campañas de concientización, actualizar consensos y guías de diagnóstico y tratamiento, y promover instancias de formación en congresos y simposios o cursos online y presenciales para sus colegas.
“Esta iniciativa responde a una necesidad de contar con un equipo de referentes que represente al creciente número de dermatólogos interesados en formarse en esta enfermedad y poder brindar una mejor atención a los pacientes”, sostuvo la doctora María Valeria Angles (MN 100.502 ), médica dermatóloga y pediatra, Coordinadora del Grupo de Trabajo de Dermatitis Atópica de la Sociedad Argentina de Dermatología.
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Muchos personas con dermatitis atópica, sobre todo aquellas con enfermedad severa, descansan realmente mal de noche, entonces se ven afectadas todas sus actividades diurnas y su capacidad de concentración en sus estudios, en su trabajo, o en el tiempo que comparten con los hijos. Las lesiones pueden llegar a cubrir más de la mitad del cuerpo y se manifiestan en áreas sensibles como párpados, cuello, pliegues, muñecas, rodillas y tobillos. Al rascarse, los pacientes pueden lastimarse aún más y aumentar el riesgo de infecciones.
“El primer obstáculo que encuentran los pacientes adultos tiene que ver una demora en el acceso al diagnóstico, dada la baja frecuencia con que se presenta la enfermedad en este grupo de pacientes. Esto retarda el inicio de un tratamiento oportuno que pueda darles respuesta”, reconoció la especialista.
El tratamiento de base es a partir de cremas emolientes, que son indispensables para mantener en condiciones la piel, que es la barrera cutánea que protege contra infecciones y la que puede verse severamente lastimada en cada brote. Otros tratamientos, como cremas con corticoides ayudan, pero no están indicadas a largo plazo.
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La fototerapia aporta ciertos beneficios, al igual que otras terapias sistémicas, inmunosupresoras -como ciclosporina o metotrexato- que tienen un tiempo limitado de uso y algunos pacientes recaen luego de finalizar el tratamiento. Además, requieren controles por los efectos colaterales.