Por más que tengamos una mayor o menor tendencia a reírnos cuando nos hacen cosquillas, es imposible que nos cause gracia si nos las hacemos nosotros. Ahora, científicos de la Universidad de Linköping (Suecia) revelaron por qué sucede esto.
// Fantosmia: por qué a veces tenemos estas alucinaciones olfativas
De acuerdo a un artículo publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, el cerebro diferencia de dónde proviene el tacto. En base a esta información adopta una acción: intensifica la actividad sensorial en caso de que sea externo y la disminuye si es propio.
Para determinarlo, realizaron tres estudios en distintos grupos de personas y analizaron las reacciones del sistema nervioso en el cerebro. Descubrieron que la percepción del tacto propio tiene mucha menos prioridad en nuestra cabeza que la de otras personas.
// ¿Se reveló el misterio del sexto sentido?
La diferencia fue significativa e inesperada para los científicos, que aclaran que no siempre sucede esto. Las personas que tienen esquizofrenia o autismo parecen tener una mayor conciencia al tocarse a sí mismas. Por eso avanzarán sobre estos casos en la investigación futura. “Hay mucha información que indica que el tacto puede al menos estar involucrado en los desórdenes psiquiátricos”, explicó a medios extranjeros la autora principal del artículo, Rebecca Böhme. En este sentido, un mayor entendimiento puede colaborar en los tratamientos y, en consecuencia, redundar en una mejor calidad de vida.