Al hacerlo practicar yoga trabajás todo tu cuerpo, controlás tu mente y con ella tus emociones. En términos generales, podés llevar a cabo una vida más feliz, armoniosa y espiritual. Más conectado con tu yo mismo, el aquí y el ahora.
Además, no se limita a un solo estilo, no es una práctica cerrada. Existen muchas escuelas y modalidades diferentes y en los últimos años se fue combinando con otras actividades para darle un plus a lo que ya ofrece, que desde el vamos es muy completo.
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Es en esa mezcla en donde nace el acroyoga, que parte de la unión con la acrobacia. Para llevarla a cabo, uno de sus elementos principales además de una buena elongación y una buena predisposición, es la compañía de una persona o varias para generar diferentes figuras. En esto, se diferencia del yoga tradicional que se puede realizar de manera individual.
“Esta práctica mezcla la sabiduría espiritual del yoga, la amabilidad amorosa del masaje tailandés y la energía dinámica de la acrobacia”, explican Jason Nemer y Jenny Sauer-Klein, creadores del Acroyoga.
Y continúan: “Estos tres linajes ancestrales forman una práctica que cultiva confianza, conexión y juego. Nuestro objetivo más elevado es acercar a las personas a un estado de unión consigo mismas, con el otro y con lo divino. Desde un espacio de apoyo mutuo, el verdadero ser puede realizarse, celebrarse y compartirse para beneficio de todos”.
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La posibilidad de trabajar con tu cuerpo y el de otra u otras personas son infinitas. Quienes la practican explican que es una actividad que no se termina de explorar nunca. Claro está que en un principio puede ser más complicado que las prácticas tradicionales, pero con disciplina, concentración y entrenamiento, se puede hacer sin ningún impedimento. Hay que buscar el pleno control de los movimientos, el pleno control de todas las partes del cuerpo para poder moverte para cualquier lado y poder volver sin ningún tipo de inconveniente.
Britney, por ejemplo, se dedica a recuperar su escultural figura y se apoya en la practica acroyoga. Suele compartir con sus seguidores diversas imágenes de las posiciones y ejercicios que realiza.
Son muchos los beneficios que aporta. Entre ellos, el acroyoga como práctica corporal te ayudará a desarrollar la flexibilidad, la agilidad, la fuerza y la resistencia, además de que te permitirá alinearte. Por otro lado, aporta a disminuir la ansiedad y el estrés, ya que, al adoptar una forma de juego con otra persona, te lleva a un estado de descarga energética compartida.
Al tener la necesidad de dominar tu cuerpo en su totalidad, lograrás ser más consciente con respecto a él. Coordinación, control de movimientos, concentración y demás cualidades aprenderás con ella. Te ayudará también a superar tus límites, porque, a decir verdad, al ver imágenes de la práctica muchas personas piensan que no podrán, y pueden.
Para aquellas parejas que buscan realizar actividad física juntos, es una gran opción. Realizar acroyoga con la persona que amás pondrá a prueba la comunicación que tienen, su control y el balance. Podrá, en caso de que ambos tengan la paciencia y la intención, fortalecer el vínculo.
No importa si ella o él es más alto o tiene más fuerza. El trabajo en equipo hará que se equilibren. No se dejen asustar por las fotos en donde uno está abajo y el otro “volando”. Los roles se van cambiando y, obvio, se harán con mucho cuidado.
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Y si bien destacamos que sería un buen plan de pareja, no es algo exclusivo para ellas. Cualquier puede ir sin la necesidad de tenerla. Podés acudir en soledad y buscar pareja en la clase, aunque lo recomendable es mantener un compañero o compañera estable para que el entendimiento sea cada vez mejor con el correr de las clases.