La actividad física es fundamental para una vida saludable. El ejercicio previene la aparición de enfermedades y mejora la mente. Para los que sufren dolor de rodillas o tienen secuelas de una lesión en esa zona del cuerpo, existen varios deportes que se pueden practicar sin perjudicar la articulación.
Para cuidar la zona de las rótulas es aconsejable evitar los deportes que requieran un impacto con el piso, como el fútbol, el rugby o el voley. Tampoco son recomendables actividades como el running, el trote o el fitness, cuyas rutinas suelen incorporar saltos de diferente intensidad.
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Hay rutinas fitness de menor tensión, llamadas low-impact, de bajo impacto, en las que se trata de apoyar la pierna de una manera gradual.
“Los deportes más recomendados son aquellos relacionados con el agua, como el aquagym o la natación. En estas actividades, el peso del organismo no se apoya en la articulación”, recomienda a Con Bienestar Jorge Franchella (M.N. 44.396), director del Programa de Actividad Física para la Salud y el Deporte del Hospital de Clínicas.
Franchella explica que hay otras posibilidades si uno no es amante del agua. Por ejemplo, el yoga. Esta técnica milenaria tiene una variedad de posturas o asanas para evitar una sobrecarga en la rodilla o que no requiera estar de pie.
Otra actividad recomendada es el tai chi, donde hay un control muscular que permite que los movimientos sean equilibrados y no perjudiciales.
El método pilates también es una buena alternativa, ya que se está recostado. “Se realiza un movimiento de flexión y extensión, pero no con el exceso de peso sobre la rodilla”, apunta Franchella.
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Para finalizar, el ciclismo es una actividad adecuada que además se puede realizar en el interior con bicicleta fija o al aire libre. “El peso del cuerpo está sobre el asiento, lo que permite el movimiento de la rodilla de acuerdo a los niveles y grados de complejidad en cuanto a la limitación articular”, destaca el deportólogo.
Se debe tener en cuenta que haber padecido alguna lesión en la rodilla no implica tener más predisposición a volver a sufrir alguna complicación en la salud en esa parte del cuerpo. Sólo es así en el caso de presentar alguna afección congénita o un deterioro en la contextura física debido a alguna patología.
Es el traumatólogo o el deportólogo el encargado de recomendar qué actividades se pueden llevar a cabo cuando uno se recupera de una lesión.
