La pandemia del COVID-19 en la Argentina afecta a más de 10 millones y medio de estudiantes del nivel inicial, primario y secundario. Ante la suspensión de clases presenciales, uno de los mayores retos para las autoridades educativas de los distintos niveles de enseñanza es garantizar la continuidad de los aprendizajes de las y los estudiantes.
La incidencia de la pandemia impuso desde 2020 una nueva normalidad educativa en la que surge la enseñanza bimodal. Este concepto refiere a la combinación de dos modos distintos de enseñanza y aprendizaje: el modelo presencial y el modelo virtual, este último a su vez sincrónico o asincrónico. Estas palabras requieren para su comprensión cabal algunas precisiones.
El aprendizaje sincrónico ocurre cuando el docente y sus estudiantes se ven en el mismo momento, independiente de que se encuentren en espacios físicos diferentes. Es decir, hay una interacción en tiempo real entre ellos. Es el más parecido a una clase presencial, pero requiere un dispositivo tecnológico e Internet. Por otra parte, el aprendizaje asincrónico se puede realizar estando desconectados, ya que los docentes envían recursos educativos por diversos medios y cada estudiante puede aprender con otros o a su propio ritmo en un tiempo no necesariamente coincidente con el del docente.
Este modelo bimodal requiere mucho más del acompañamiento de las familias. Por un lado, deben estar más atentas a las necesidades de los requerimientos institucionales y acompañar los cuidados exigidos por temas de salud; por otro lado, acompañar a los niños, niñas y adolescentes en el aprendizaje, algo que antes era casi con exclusividad tarea de los docentes y de la institución educativa.
En líneas generales el acompañamiento familiar debe fomentar la autorregulación del aprendizaje, el desarrollo de hábitos y rutinas de estudio y construir valores positivos hacia el aprendizaje constante a través del diálogo, la escucha, y las acciones concretas a favor de la formación del estudiante.
En los primeros años de la escolaridad la presencia de las familias es aún más importante, ya que es el momento de construcción de los primeros aprendizajes vinculados a la lectura, escritura y operaciones matemáticas básicas. Esta situación es una de las mayores preocupaciones de directivos y docentes en la no presencialidad, ya que se requiere una participación efectiva y activa para el progreso de los aprendizajes.
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Estos son algunas formas en las que las familias pueden participar activamente:
- Estar disponibles al menos una vez por día para acompañar a los estudiantes en la realización de las tareas.
- Consultar a los docentes cómo es la mejor manera de acompañar según actividades propuestas.
- Crear espacios de diálogo con sus hijos para escuchar sus inquietudes, sus problemas, sus dudas en relación con esta etapa y con la escolarización.
- Preparar en la medida de lo posible espacios determinados para que puedan estar en un lugar limpio, con luz, adaptado a procesos de estudios y sin ruidos molestos.
- Comunicarse al menos cada quince días con la escuela para compartir información sobre su hija/o, respecto de dificultades o avances en los aprendizajes, si está trabajando en equipo o está desanimado, sin continuidad en su instrucción.
Las palabras clave en estos tiempos refieren a la comprensión del rol de las familias y su inserción en este nuevo modelo educativo para colaborar en este particular proceso de aprendizaje, y es necesario lograrlo no solo para que nadie quede afuera sino para proteger el rol de la escuela.
Como dice Philippe Meirieu, reconocido pedagogo francés, se trata de recordar que la «educación en casa» no es, no puede ser la escuela. Precisamente, la escuela es la que rompe con las desigualdades familiares y sociales, la que permite acceder a la alteridad y la que nos permite -a pesar de nuestras diferencias- estar llamados a participar en la construcción de lo común. Las familias en este nuevo tiempo deben proteger para sus hijos esta educación abierta, plural y colectiva, siendo parte de ella.
(*) La autora es Presidente de Fundación FEPAIS, magister en Enseñanza, investigadora, diplomada en Derechos Humanos autora de libros de nivel secundario y de material para docentes.